Esta perspectiva es frecuentemente alimentada por los adultos que le rodean, quienes intentan complacerlo en todo y le brindan atenciones que, muchas veces, pueden tornarse excesivas y desembocar en la sobreprotección.

Y normalmente, luego esos mismos padres se quejan por lo malcriados que son sus niños.

Veo con preocupación eso en estos días, los niños no saben cómo manejar la frustración que les produce, que no se hagan o salgan las cosas como quieren y cuando son adolescentes, incluso pueden llegar al suicidio.

Nada en exceso es bueno y como bien dices, ellos deben saber desde muy pequeños que no son el centro del universo y que no todo gira en torno a su voluntad. Deben tener conciencia, respeto y sentido de humanidad.

Me agradó la lectura, mucho éxito.