Años Dorados parte II: He visto muchas cosas a lo largo de mi vida.
Cordiales saludos ccomunidad Account Booster
Hace días hice una publicación sobre la vejez, Años dorados todo pasa en un suspiro, esos años dorados que constituyen un momento en la existencia de los seres humanos, y en la misma escribí que muchas personas en su vejez son un estorbo para sus hijos o su familia.
Soy una persona de la tercera edad y no escribí eso con ánimos de contar mi historia, en mis años de vida he visto muchas cosas, personas y familias que le dan maltrato a los abuelos a personas de edad avanzada. Muchos abuelos pierden el control por alguna enfermedad entre la que puedo nombrar el mal de alzheimer o depresiones.
Escribí además "no me desprecien cuando yo sea viejo", esto vino a mi mente por algo que vi cuando fui de visita a la ciudad de La Victoria en el estado Aragua, estando en la cola para entrar en un banco un señor contemporáneo conmigo, conversando me contó que su esposa había muerto y que tenía un hijo del cual no sabía nada, el lo llamaba y lo buscaba y este nunca se interesó por él.
Otro caso que puedo recordar, es el caso de una vecina que vivía con su mamá, la Sra. estaba en silla de rueda y esta la gritaba hasta que vino otro hijo se dio cuenta de lo que estaba pasando y se la llevo con él.
En las noticias, periódicos, internet, televisión siempre podemos ver información sobre el abandono de ancianos, aquí mismo en Maracaibo hace algún tiempo atrás en los apartamentos del Varillal las autoridades rescataron a un abuelo que estaba sólo y encerrado en estado de desnutrición. He escuchado de muchos casos sobre el maltrato de abuelos y abuelas y sin tener el poder de decir o manifestar mi sentimiento acerca de esto.
Doy gracias a Dios cada día por mis hijos y mi familia. Doy Gracias por que a mis 75 años aún soy una persona útil y me encuentro con mi mente activa.
Dios es esa energía cósmica universal que habita dentro de cada uno de nosotros, coloquémoslo en todo lo que hagamos y en todos los problemas. Comprobemos que Dios transforma el sufrimiento en experiencia y enseñanza. Nuestras esperanzas están puestas en él que nos ama tanto, que nos amó antes de que nosotros lo conociéramos y entregó su vida por ese mismo amor hacia nosotros.