Contest Alert: Fiction Story - Nos vamos a El Cairo

Nos vamos a El Cairo

Había imaginado tantas veces ir a Egipto, que cuando recibí la invitación comencé a saltar y a imaginar como sería todo.

La empresa para la cual trabajaba ideo una convención en un barco y una manera de no perder el interés de los asistentes sería tenerlos durante los 10 días que duraba la navegación, inmersos en los asuntos de la empresa y luego… el premio o la recompensa final.

A mí me parecía maravilloso, aunque algunos compañeros no parecían muy convencidos con la idea.

Todo transcurrió como estaba previsto. Las reuniones duraban todo el día y a las 6 de la tarde comenzaba la fiesta. Comidas, bailes, tragos. Toda una logística muy bien planificada.

El día 10 comenzó a divisarse la costa de Alejandría, el puerto inmenso nos esperaba para luego tomar un bus hasta El Cairo, donde finalmente podría ver las famosas pirámides.

El recorrido fue bastante incómodo, pues los caminos eran de tierra, allí pensé que como podía ser si Egipto era un país rico en petróleo, gas y hierro. Enseguida pensé en no responderme esa pregunta, pues de donde yo venía sucedía algo parecido.

Al acercarnos a El Cairo me llamó la atención que todos los edificios eran grises y permanecían sin acabar, pregunté a qué se debía y resulta que así no pagan impuestos. Al terminar las edificaciones tienen que comenzar a pagar, así que la mayoría vive de esa manera. El bus dio un giro y me pareció ver una pirámide entre los edificios. La primera impresión es que debía ser algo turístico para avisar acerca de la ruta para llegar a las pirámides. No fue así, ¡eran las de verdad! Las pirámides estaban en la ciudad. Cuando vemos las fotografías y las películas, las imágenes están hechas desde otros ángulos y por eso no vemos los edificios.

Las piedras que conforman las pirámides son mucho más grandes de lo que podía imaginar, imposible que una persona o varias pudieran con una sola de ella. Las intrigas y misterios comenzaban mientras otros detalles me desconsolaban, como el hecho de que al lado de las pirámides hubiese un Mc Donald.

Yo quería recrear mi momento en el espacio y el tiempo de la historia. Sí, había camellos y policías sobre ellos, pero hablando con sus teléfonos móviles.

El tiempo es inclemente y nadie lo detiene. Es la realidad y la época en la cual nos ha tocado vivir. Por un momento respiré fragmentos de la historia y agradezco haber podido formar parte de la arena del desierto y tocar las piedras ancestrales.