Las agujas del reloj circulaban hacia adelante, preciso, sin vacilar, sin detener su marcha, así está destinado, él no da tregua ni por un segundo, el tiempo no mira atrás pase lo que pase, por más que tomemos el reloj y lo atrasemos, es ilusorio, nadie puede detener el tiempo.

Estaba caminando en el mismo lugar, rodeándome sin querer de las voces, las risas, el sonido de las patinetas, del ladrido de un can, del ruido de las maquinas de ejercicio sin aceitar, envuelto en un ambiente frio, pero a la vez lleno de vida y entendí que, a pesar de que el tiempo suele cambiar, el lugar mostraba la misma escena una y otra vez, tal vez con distintos actores, pero la mayoría con una continuada disposición de vivir unas cuantas horas de recarga antes de seguir en la persecución de lo que todos llamamos éxito.

Mientras caminaba, reflexionaba sobre este simple hecho, tenía delante de mí las mismas 24 horas que todos los que respiran el oxigeno de este lugar, diferenciados tal vez por los años, por el destino, así que me sentí aliviado por un momento, capturando las imágenes de algunas escenas congeladas a través de una fotografía.

En ese momento comprendi el secreto a través de esta escena y del tiempo que para no pasar desapercibido en mi instante de existencia es necesario probar sin miedo las cosas dulces, picantes y a veces amargas de la vida, entendiendo que el tiempo, verdugo a veces, silencioso pero certero, sigue su camino constante, como la vida,

Por eso ese día en el parque decidí:

que cada minuto no pase en vano... Mientras haya tiempo, usemos bien esa quimera, este tiempo...

Cerrando sesión.

Invito cordialmente a las Stemians: @daytona475, @marito74 y a @lilip para que dejen volar su imaginación y nos cuenten a través de la imagen, una historia...

15% beneficiario esta destinado a @colombiaoriginal para su crecimiento.

Agradecida contigo por darle lectura a mi historia