Me tocó el corazón cuando hablas de sentirnos perdidos aun cuando tenemos todo… ¡qué cierto es!

A veces el alma se nubla, aunque el camino esté claro. ¡Lo sé por experiencia propia!, pero también es cierto lo que dices: siempre aparece esa luz, esa chispa, ese recordatorio de que sí vale la pena seguir adelante, sobre todo cuando uno lo hace por quienes más ama.

Ese bingo de multiplicación me pareció una idea espectacular: aprender jugando deja huellas bonitas en la mente de los niños. Y tú, con tu rutina, tus ejercicios, tu frase diaria y ese espíritu de lucha, inspiráis más de lo que imagináis.

Gracias por compartir tu día, tu fe y tus pasos.

¡Un abrazo con el alma y que sigan las bendiciones en tu hogar!