Muchas historias me habían contado sobre aquel lugar, los grandes tesoros que aguardaban a los visitantes junto a los peligros que acompañan a todo tesoro valioso, un aventurero legendario llamado Alexander von Humboldt fue quien se encargo de hacer público el lugar luego de su descubrimiento y exploración.

A pesar de todo el tiempo dedicado a explorar y cartografiar no pudo recorrer todo el lugar, si, me refiero a la cueva en la montaña conocida como "La Cueva del Guácharo", así que muchos aventureros posteriores pudieron encontrar su marca en lo más profundo de la cueva, una inscripción que dice "HASTA AQUÍ LLEGÓ HUMBOLDT" pero eso está tan profundo que solo los más valientes y aguerridos aventureros logran llegar ahí.

A pesar de que el lugar no ha sido recorrido y explorado completamente se sospecha que su longitud es mayor a 1000 Kilómetros ya que las semillas traídas por las bestias de esta cueva (aves) solo se da en Brasil (a cientos de kilómetros del lugar)

Ese día, era el día de mi familia, esposa, hijas, sobrina, mi madre que con 70 años nunca había tenido el valor de entrar y por su puesto yo. Esta cueva es considerada una de las maravillas naturales más impresionantes de Venezuela. Es la cueva más grande de Sudamérica, y está considerada una de las más grandes y antiguas del mundo. (Ni más ni menos).

^{Mi familia y yo en la cueva. Foto de mi autoría}

La entrada está fuertemente custodiada por guardabosques, también hay personas que le facilitan los equipos de protección personal a los aventureros (botas de goma para los pantanos, linterna y un experimentado guía).

Pero sabía que las valientes aventureras que me acompañaban no se adentrarían mucho así que decidí medir nuestra valentía sin un guía, después de todo era una aventura familiar así que no queríamos acompañantes no familiares.

En la entrada presentan un mapa de las zonas recorridas de la cueva, supongo que puedes tomar una fotografía o memorizarlo para no perderte, yo opté por la primera opción. 😄

^{Mapa y maqueta de la cueva del guácharo puesta en la entrada. Foto de mi autoría}

Antes de adentrarnos fuimos a visitar la estatua del héroe legendario Alexander von Humboldt por si quería darnos algún sabio consejo.

^{Mis niñas y yo posando junto a la estatua en honor a Humboldt. Foto de mi autoría}

Finalmente decidimos acercarnos a la montaña para mirar aquella entrada, de inmediato comenzaron a surgir las interrogantes. ¿Habían duendes dentro de la montaña? ¿Enanos tal vez? o peor aún... ¡Un dragón!

A medida que nos acercábamos las expectativas iban creciendo, las niñas no dejaban de mirar a todas partes.

Así avanzamos para descubrir la enorme cavidad en la montaña, erosionada por el agua daba la impresión de que estábamos entrando en la boca de alguna bestia con grandes colmillos.

De inmediato pude identificar al guardián de la entrada una bestia terrible que era capaz de percibir el miedo en los visitantes y alimentarse de sus miedos, decidimos que era muy pronto para enfrentarnos a semejante bestia así que la rodeamos sin molestarla para seguir avanzando.

^{La bestia que cuida la entrada. Foto de mi autoría}

Ya en la entrada de la cueva la impresión en los ojos de las aventureras era demasiado notable, aquellos colmillos en la parte superior de la montaña y más adentro solo se miraba una espesa oscuridad acompañada de un constante y perturbador ruido, una multitud de fieras (Guácharos) parecían gritar a toda voz.

¡No entren!

¡Cuidado con el dragón!

Forasteros este no es lugar para ustedes.

Por suerte mi hija más pequeña contaba con la habilidad de entender todo lo que las aves nos decían, aquellos Guácharos jugaban a ser nuestros aliados pero cuando todos intentaban avisarnos al mismo tiempo el estruendo hacía eco en toda la cueva para poner a prueba la valentía de los aventureros.

Aprovechamos que en la entrada aún hay un poco de luz para hacer algunas fotografías antes de adentrarnos a las tinieblas de aquel lugar.

^{Entrada de la cueva. Fotos de mi autoría}

Encendimos una antorcha (flash del teléfono) y decidimos avanzar en medio de la oscuridad y el estruendo amenazador, las niñas estaban listas para enfrentar a cualquier dragón que pudiese emerger de la oscuridad, aunque su avance se hacía cada vez más difícil, a medida que nos adentrábamos se hacía más difícil lograr que diesen un paso más.

De pronto miré con sorpresa que crecían algunas plantas, estás plantas provenían de las semillas que dejaban los guácharos. Tomé nota para corregir a mi maestra de biología sobre lo que me enseñó de fotosíntesis y la necesidad de luz solar para el crecimiento de las plantas, pues a aquellas les iba muy bien en total ausencia de la luz solar.

^{Plantas creciendo en la cueva a plena oscuridad. Foto de mi autoría}

Mientras más profundo entrabamos nuevas bestias iban emergiendo, ahora los acechos eran en manadas.

^{Manada de insectos en la cueva. Foto de mi autoría}

Finalmente, luego de haber avanzado aproximadamente 100 metros en la oscuridad las valientes aventureras pensaron con sabiduría que si seguíamos avanzando un enfrentamiento con un dragón sería inevitable, tal vez aquellos maravillosos tesoros no valían la pena como para hacer que ellas tengan que matar un dragón.

Entonces, por la seguridad del dragón que están en peligro de extinción, decidimos que ya habíamos avanzado suficiente. Entonces decidimos volver porque en la parte de afuera aún había un pequeño parque de diversiones y un riachuelo que no habíamos explorado.

Encontrar todas esas distracciones en un mismo sitio hizo de aquel 26 de diciembre el día más perfecto del año 2024.

Realmente fue una gran aventura que se guardará por generaciones en el álbum familiar.

Pronto llegaría nuestro transporte para retirarnos y las niñas aún tenían energías de sobras porque se quejaron mucho de que nos retirásemos de aquel sitio tan majestuoso.

^{Mi esposa y yo felices por la aventura vivida.}

La cueva del guácharo es en verdad un lugar maravilloso, si quieres información real sobre ella (la versión aburrida) hay mucho material en internet sobre ella. Te dejaré algunos enlaces a continuación:

• Wikipedia
• Bibliofep

Todas las imágenes son de mi autoría

Gracias por acompañarme una vez más.