Antes de dar mi definición, quiero dar una pequeña introducción:

Desde que uno es pequeño, la televisión, los libros, películas y demás son absorbidos por nuestros cerebros y se nos antoja hacer muchas cosas. Más temprano que tarde, nuestro entorno y condiciones nos muestran que las cosas que deseamos no van a ser posibles y que hay que hacer lo que se pueda con lo que haya.

Hay gente que no aprende e insiste en que si se esfuerza van a triunfar. Tienen un optimismo tan ciego que no notan que la vida se les va yendo tras una quimera. Incluso, llegan a caer en trampas en las que les prometen el cumplimiento de sus sueños a cambio de plata, más esfuerzo, dedicación exclusiva y demás tretas sólo para luego darse cuenta de que nunca tuvieron la oportunidad y que todo estuvo en sus cabezas.

Ahora, sí. Mi definición:

No, no tengo una. Si me hubieran preguntado esto hace doce años, tal vez, habría dado una repuesta larga, elaborada sobre lo que era el éxito para mí en ese entonces, pero ahora esta ha mutado a si la idea/sugerencia funciona, está bien.

Odio los esfuerzos excesivos, en especial, si estos no llevan a ninguna parte. La planificación y la energía justa para conseguir objetivos son importantes para mí forman parte de mis cavilaciones diarias. No hay nada más desmotivante que ponerle toda la energía y el empeño a un proyecto y que nada se concrete y que lo único que quede al final sea sólo cansancio.