¿Premoniciones o coincidencias? / Más allá de la lógica

La posición de los escépticos, de los que no creen en nada, es que muchos de los sucesos que fueron vaticinados a través de sueños y visiones, son solo meras coincidencias; es decir que ponen en tela de juicio las predicciones de los profetas bíblicos y de los no bíblicos como, por ejemplo, Nostradamus.

Sin embargo, existen personas, y me incluyo entre ellas, que, aunque inclinadas por lo científico, tienden a no menospreciar algunas cosas que se escapan totalmente de la lógica o de la comprensión humana. Es por eso que muchos creemos en un Dios que, lejos de ser como un humano o, como lo dibujan en los libros, un señor chivudo y caradura, en su lugar lo vemos como un espíritu que abarca todo lo material e inmaterial del universo y que carece de límites para moverse adonde quiera tanto en el espacio como en el tiempo.

Ese Dios en el que creemos muchos hombres aficionados a la ciencia, aunque es el creador de infinitas reglas, también tiene la habilidad de escapar o de estar por encima de dichas reglas.

La pregunta: “¿Quién hizo a Dios?” se deriva de la forma habitual de explicar las cosas (causalidad), pero resulta que Dios no está sujeto a dicho principio.

En consecuencia, a menudo nos topamos con miles de fenómenos que no comprendemos y que quizás nunca lleguemos a comprender.

En mi caso, por ejemplo, unos años antes de haber encontrado un empleo donde logré crecer como profesional, soñé claramente que veía un edificio con una arquitectura muy particular, el que, sin duda alguna, sería la misma sede de la empresa donde trabajé durante varios años. ¿Premonición o coincidencia? No sé decirles.

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