Curiosidad del día / Cuando te atienden mal en los comercios

Creo que a todo el mundo le sucede este problema, pero es bastante común en la zona del mercado de mi ciudad (Ciudad Bolívar, Venezuela), donde los que más abundan son los bodegueros chinos. Lo cierto del caso es que esta mañana entré a una de esas bodegas y el empleado venezolano que salió a atenderme me dijo con aquel tono y con aquella frescura: "¿Qué quiere usted, pure?".

Guau. Soberana falta de respeto para atender a alguien que a lo mejor es la primera vez que ha visto en la vida, y sin siquiera fijarse en el color gris de sus sienes.

La raíz de escenas similares tiene su punto de origen, primeramente, en el hogar de donde ha salido el individuo, porque le han criado a las patadas o quizás en lo único que se preocuparon sus familiares fue en darle comida, pero en enseñarle educación, buenas maneras, normas de cortesía... Nada de eso. Lo otro es que prácticamente la educación en las escuelas ha desaparecido del mapa a causa de la complicada crisis social y económica que viene atravesando la nación y que se ha sentido más intensamente en la última década.

Sin embargo, en caso de que seamos empleados de los que lidian directamente con el público, el puro sentido común nos obliga a ser feos pero decentes; es decir, debemos ser extremadamente prudentes a la hora de atender a los clientes, y dependiendo de nuestro comportamiento conservaremos el puesto de trabajo. Creo que, como lo asumen los japoneses, al que se debe atender bien no es tanto al dueño de la empresa, sino al cliente, porque de ese depende la existencia del negocio. Simplemente, si no hay ventas los negocios se van a pique.

Pero, volviendo al desenlace de mi historia con el que me llamó "pure", lo que hice fue morderme la lengua y volverme hacia la calle.