El sentido de la vida no es algo que alguien más nos pueda dar o imponer, es simplemente una búsqueda íntima e individual que cada uno debe realizar por sí mismo, conectando nuestros valores morales y espirituales.

Ciertamente, el sentido de la vida es algo tan individual que trasciende los principios y valores de la persona con un gran impacto en su bienestar espiritual que se puede resumir en su fe y creencia que la llena de fortaleza y esperanza.