Hay momentos que no se planifican y se disfrutan más, que bendición es levantarse y estar cerca del mar, respirar aire puro, relajarse con el sonido de las olas y perder la vista ante la inmensidad de aguas cristalinas que se entrelazan con el cielo azul.

_{En familia, un viaje inesperado, pero deseado}

Gracias a Dios por permitirme compartir en familia, un día diferente en la playa, sonriendo y agradeciendo por tantas bendiciones, atesorando momentos y diciendo si a la felicidad.

El día comenzó escuchando a Ronniel decir "Playa", se bajo de la cama y no dejaba de repetir lo mismos; saludamos al primo de mi esposo y salimos a disfrutar del amanecer a orillas del mar.

Mi hijo era tan feliz frente al mar, lo dejamos disfrutar, se metía, corría, señalaba los pájaros, mis sueños hechos realidad, momento de gratitud; regresamos para preparar el desayuno, unos tequeños y listo.

Arregle todo para regresar a la playa, una sabana, la corneta para escuchar música, los juguetes playeros, agua para los niños y sali con todos los niños; Ronniel se quedó en la orilla jugando con la arena, estuve pendiente hasta que llegó mi amiga y me meti a bañar con mi hijo mayor.

Mi esposo y Erick terminaron los trabajos en la casa y se sumaron al grupo, Ronniel se baño un rato con su papá, otro momento que le dediqué a Ronny; aunque el agua estaba bien fría no quería salirme, hicimos competencia de natación, la pasamos genial.

Ronald nos unvito a dar un paseo, aunque el año pasado visitamos esta playa no conocía todo en Villa Marina, los bohios en la zona hotelera era más cerca de la orilla, en el camino nos encontramos "aguas malas", alerte a mi hijo para que evitará meterse a lo más profundo.

Al final estaba un amigo de mi esposo, alquilando caballos y ponys, nos invito a montar algunos, primero lo hizo Ronny en uno de los ponys, mi bebé peleaba para que lo montarán, su hermano lo agarro y estaban felices mientras su papá los paseaba por la playa.

Quedé con ganas de mintat caballo porque no teníamos quién agarrara a Ronniel, pero teniamos la idea de regresar con los demás en la tarde en los carros, porque caminamos mucho.

Dejamos en pausa el bañarnos en la playa, aunque si era por los niños no se sabían en todo el día; ayude en la cocina a cortar plátanos y verduras, pero Erick se hizo cargo del pescado, disfrutamos de un almuerzo especial.

Después de un descanso, unas cervezas y escuchar música en la casa, volvi con los niños, había más personas bañándose que el día anterior; otro momento en el que estabamos todos, comenzaron a enterrarse en la arena y a tomar mil fotografías.

Mi esposo pidió permiso para acercar el carro y tener la música activa, mientras admirabamos un hermoso atardecer, un increible cierre de día, aún disfrutando del mar y las olas; una despedida porque viajariamos al día siguiente.

_{Las imágenes fueron capturadas desde mi celular, modelo Samsung A15.}