#TBT: Araya. La joya del cine Venezolano que el Venezolano ignora.

El #TBT se ha convertido en una institución en el internet, llama a una tradición moderna de compartir viejas imágenes que nos recuerden eventos hermosos del pasado.

Honrando esta nueva tradición traemos la sección del #TBT con la intención de recordar aquellos clásicos que han hecho del cine el séptimo arte.

Como venezolano sería un insulto a nuestra cultura iniciar con otra película que no sea Araya, la película más importante en la historia de nuestro país.

Araya es un film documental Franco-Venezolano del año 1959 realizado por Margot Benacerraf quien se dedica a describir la vida de las familias que han nacido en la península de Araya en Venezuela.

Es la única película Venezolana que ha ganado el prestigioso festival de Cannes, premio compartido con otro clásico del cine “Hiroshima mon amour” de Alan Renais.

El film narrado por José Ignacio Cabrujas inicia colocando en contexto sobre el mundo de la sal, de aquellos tiempos de la colonia cuando este mineral era sinónimo de riqueza. Para luego trasladarnos al presente, entendiendo que el contexto histórico ha determinado por 300 años la vida y los sufrimientos de las personas que nacen en dicho lugar.

El film es como observar en vivo y en directo el mito del Sísifo, el castigo a un pueblo que cada día se levanta al amanecer para ir a aquellas montañas de sal, llenar cestas, montarlas sobre su cabeza y subir la montaña, para luego bajar e iniciar ese camino de nuevo. Todo el día con esa tarea y así se les va la vida.

Cuando no están trabajando de la sal deben administrar la poca agua que les llega y agradecer al mar que los alimenta cuando hay peces. Unas condiciones de vida que hace recordar los infiernos de Dante y que como Venezolano, al ver el film más de 50 años después solo puede generar tristeza y lamento por que las condiciones de vida solo han empeorado.

Es un film sumamente poético que nos da a comprender que en la vida hay una parte de destino. Donde nacemos y su contexto histórico determina buena parte de nuestras creencias, tradiciones, nuestro lenguaje, conductas y comportamiento aún antes de nacer. Lo que plantea la psicología social, un ser que antes de nacer ya viene con una carga cultural un ser socio-biológico-psicológico, en ese orden.

Todo acompañado por el relato poético y por la música de Guy Bernard y con una fotografía impecable realizada por Giusepe Nisoli.

Es una lástima que el estereotipo y la educación sobre el cine del Venezolano haga que está joya pase desapercibida en su tierra. La gente cree que nuestro cine es solo cine mediocre o cine de malandro.
Por algo en nuestro país existe el dicho de que nadie es profeta en su tierra. La mayor obra cultural cinematográfica que ha transcendido en los libros de historia y que es apreciada en otras culturas pero que en su tierra, ni si quiera se sabe que existe.