Utilicemos el agradecimiento para reducir el estrés. Por: @alexander062

Roxi es una madre soltera, sentada en su sillón mira perdidamente la lluvia caer desde la ventana de su apartamento. En su mente revisa una y otra vez los errores cometidos durante una entrevista de trabajo fallida. Se siente molesta consigo misma pues esta era una oportunidad para cambiar de trabajo con mejores condiciones salariales, perspectivas de crecimiento y desarrollo personal. Se levanta del sillón camina por la cocina y se toca la cabeza, se siente sola y lamenta no tener una pareja para desahogar su preocupaciones. Finalmente se sirve una taza de té y se recuesta en su sillón a mirar nuevamente la lluvia.

Estoy seguro que en el trascurrir de ese día de Roxi, han acontecido hechos positivos y valiosos, opacacados por la situación negativa acaecida en su entrevista de trabajo. Roxi enfoco sus pensamientos en esa situación, generándole muchas insatisfacciones y un alto nivel de estrés. Si Roxi repasara los aspectos positivos de su vida, como ser profesional, tener un hijo, tener un techo en el cual vivir y poder disfrutar de una taza de té mirando la lluvia caer, abrigada, y agradeciendo por todo ello, ampliaría más su panorama y reducir significativamente su nivel de estrés. No estoy hablando de conformismo, sino de evitar atascarnos en una situación demasiado tiempo, cuando podríamos ver hacia adelante impulsados por todo aquello con lo que contamos diariamente, que no valoramos y que merecen nuestra gratitud.

Agradecer es expresar aprecio por lo que se ha recibido o por lo que se tiene. Es un reconocimiento justo a otros y también engrandece nuestra propia existencia. Cuando estemos atascados en situaciones de alto estrés, debemos tomar un momento para reflexionar valorar nuestra vida y dar las gracias, esto nos permite liberarnos de esos pensamientos y tomar un respiro para continuar. Quienes saben ser agradecidos tienen más paz interior y se sienten más cómodos para enfrentar las adversidades de la vida.