Cuando la mamá de Ludmila, estaba en la cocina, con la criada , estaban preparando el almuerzo, el señor de la casa , se acercó y preguntó si no había suficiente querosene, y le respondieron hay un bidón vacío.
A lo que el señor Erasmo, dijo, voy a ir al pueblo a comprar.
Se subió a su transporte, con su bidón y también con una maleta, dónde llevo sus cosas más necesarias, dijo: "ya vuelvo," y si claro que volvió, pero al cabo de 17 años, y sin el querosene.
Cuando ya la cocina era eléctrica y el querosene no era necesario.
Esa noche Ludmila, preguntaba por su papá, y la mamá le respondió, salió y no ha vuelto, debe volver en los próximos días, porque ya varias veces el sr Erasmo se daba sus paseos largos.
Pero esta vez , don Erasmo, al pasar una semana, mandó un mensajero con algo de provisiones y también con la noticia, de que se quedaría por allá.
Y que eventualmente les llegarían provisiones.
También dijo que dónde estaba ahora se sentía muy contento, que se estaba divirtiendo, lo estaba pasando muy bien y que por todos esos motivos no iba a volver, que esperaba que resolvieran su vida sin él.

A la madre de Ludmila, al principio le sorprendió un poco la actitud de su esposo, pero también al poco tiempo de casados, este señor comenzó a ausentarse los fines de semana.
Después era la semana entera, a veces regresaba muy tarde en la noche.
Y ella nunca indagó que podría estarle ocurriendo, su mamá y su abuela , le decían si a usted no le hace falta nada , quédese tranquila, el hombre es de la calle.
Cuando vino el mensajero, ella se dió cuenta de que apenas si tenía dos mudas de ropa y un par de zapatos.
Todo lo había planeado, su comportamiento siguió siendo el mismo , no obstante, ya estaba decidido a abandonar el hogar.
Por eso , cuando Ludmila, lo vió aparecer , no lo quería ni ver. No comprendía porque se fue, y también porque en 17 años, ni siquiera una visita.
Siempre llegaba el dinero que él enviaba y aparte provisiones.