Me encantó tu publicación; en ella hay una reflexión profunda sobre el ser y su hacer. Para mí, no es digno de ser quien no actúa con humildad y con respeto hacia los demás. De modo que un pastor que no acepte ser llamado "Hermano o hermanito" no debe ocupar el rango que se le ha asignado dentro de la iglesia, pues en su corazón no reina el amor hacia los otros, sino la soberbia.