La dinámica Arte y Escritura que auspicia nuestra amiga @solperez ha arribado a su edición N.°131 y, estoy feliz de poder continuar formando parte de esta iniciativa que estimula nuestra habilidad en el mundo de la redacción. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  Desde la etapa de la adolescencia, Juanita y María han soñado con encontrar al príncipe azul, gracias a las historias románticas que solía contarles su mamá cuando ellas eran unas niñas y, finalmente, cuando inició el proceso de sentirse atraída por los chicos, pensaron que ese era el momento.

  Todos los días, ellas observaban detenidamente a sus compañeros de clase y, al notar que ninguno tenía las características físicas que describían las historias infantiles, los descartaban asegurando que:

No cumple con los requisitos del príncipe azul

  La madre de Juanita y María además de leerles las historias infantiles, solía decirles que ellas debían casarse con un chico guapo y adinerado, por lo que, ellas no crecieron dándole importancia al sentimiento del amor y las sensaciones que podemos explorar cuando estamos enamorados.

  Una tarde, Juanita se reencuentra con una de sus compañeras del colegio y, durante la conversación, le preguntaron si ya se había casado. Interrogante que responde sin mucha dilatación y, con la tenacidad que le caracteriza:

¡No! Aún no llega el príncipe azul; solo he conocido sapos

  Dicha respuesta sorprendió mucho a la amiga de Juanita, porque en sus gestos había percibido un aire de vanidad que no le agradó e inmediatamente se despidió, ya que la consideró una persona superficial y apática con el amor.

  El tiempo sigue avanzando. Juanita y María continúan en la búsqueda de ese príncipe azul que su mamá les aseguró que iban a encontrar. Todas las chicas del pueblo que son contemporáneas con estas hermanas, ya están casadas y notar que el ciclo social al que pertenecen no las toma en cuenta para las actividades, porque no tienen esposos y ni hijos, les comienza a preocupar.

  María invita a su hermana a tomar café en la panadería del pueblo y, en ese momento, se acerca Javier; quien fue su enamorado durante toda la etapa del colegio, pero María lo rechazó por no tener ojos azules, cabello amarillo, un caballo blanco y, tampoco era de una familia adinerada.

  Emocionada de verlo, María se le acerca para saludarlo, pero cuando estaba casi cerca, ve que una mujer lo abrazó; acción que la intimidó y prefirió regresar a la mesa donde estaba Juanita esperando por ella para disfrutar de un delicioso café de olla.

Juanita, el príncipe azul, no existe. Hemos estado esperando o buscando a alguien que no llegará y, a raíz de ello, es que estamos solas

  Confesó María muy consternada al darse cuenta del error que cometieron al idealizar a un hombre que solo existía en la ficción. Juanita, al notar el tono de voz afligido de su hermana, analiza las declaraciones y también se percata del daño que se han hecho gracias a las creencias de su mamá.

  Las ilusiones de Juanita y María llevaron a que ellas bloquearan la oportunidad de conocer el verdadero amor. Sin embargo, en ese momento hojearon el libro del príncipe azul por última vez y lo botaron, ya que no querían que otras niñas pasaran por lo mismo que ellas.

  Meses después, las hermanas Juanita y María se dieron la oportunidad de conocer el amor y, gracias a eso, unas nuevas ilusiones llegaron a ellas asegurando que, estar enamorada es la experiencia más noble que han tenido, porque comprenden que el amor realmente es cuestión de alma y no de físico o posición económica.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!