Feliz día a todos los amigos de esta plataforma, hoy con mucho gusto participo en este genial concurso de la amiga @genomil a quien agradezco por tan buena idea, de igual manera a quienes también hacen posible la realizacion de estos concursos, @solperez y @marcybetancourt. Sin más que agregar, mi participación:

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La vida me enseñó:

- A confiar

Muchas veces lamenté y me arrepentí de no haber podido seguir en determinados trabajos, empresas o estudios, pero hoy en día cuando veo hacia atrás puedo ver con claridad el por qué de cada circunstancia.

Un buen ejemplo es que de niño abandoné mi formación musical académica cuando ejecutaba el violín en el Sistema de Orquestas y terminé haciendo música folklórica y popular, lo cual fue grandioso, pero pasé buen tiempo de mi vida recriminándome por haber abandonado la carrera en la orquesta, de hecho en la adolescencia quise retomarla pero a esa edad ya no era admitido.

Pero muchos años después me vi fundando y dirigiendo lo que hasta ahora para mi ha sido lo más importante en mi ejercicio como músico, la Orquesta Folklórica "Alma Llanera de Apure". Y al ver hacia atrás pude entender que los planes de Dios eran que yo pudiera experimentar y conocer la música desde la disciplina y la teoría que en la academia aprendí, así como lo foklórico, intuitivo y popular que adquirí en las tarimas, un poco de ambos mundos. Para luego lograr ese inédito matrimonio entre la música criolla y la teoría musical en una misma orquesta.

_{Junto a la Orquesta Folklórica Alma Llanera del estado Apure - Venezuela.}

Por eso, cada vez que se pierde un rumbo, un proyecto, un bien, un trabajo, un estudio o parecido. Solo hay que confiar en que "lo mejor es lo que pasa" como dice @charjaim.

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- Que soy chiquito

Cuando nació mi primer hijo logré que me permitieran estar presente en la cesárea, principalmente para estar seguro de cómo marcharía todo, pues prefería ser testigo de cualquier contratiempo, si es que se presentara, que la incertidumbre por no saber que estaba pasando estando fuera del quirófano. Además, sabía que estaba muy lejos de que me aterrorizaran la sangre, el bisturí y todos esos procedimientos quirúrgicos.

Pero jamás me hubiera imaginado lo que allí dentro descubrí y que me marcaría para el resto de mi vida, pues fui testigo de una mujer superando el miedo, mejor dicho el pavor y el dolor en virtud de su rol y amor de madre. No importa cuanto haya avanzado la medicina, un parto o una cesárea es de las cosas más dolorosas, atemorizantes e incómodas que una mujer debe superar.

Desde ese día me siento chiquito en comparación con las mujeres, en especial con las madres. Como hombres estamos muy lejos de tener la fuerza de amor que hay en una madre.

_{Fotografía tomada en el quirófano, la primera mirada entre mi esposa y mi hijo.}

Todos los hombres, padres y esposos deberían estar presentes en el nacimiento de sus hijos.

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Todas las imágenes son de mi pertenencia

Gracias por leerme

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