Fecha: 03/02/2.025

Saludos mi gente bella de #VenezolanosSteem, atendiendo la invitación de la amiga @arjinarahman a participar en este fantástico concurso que conduce mi gran amiga @solperez, decidí preparar esta si se quiere breve historia basada en el contexto del concurso y que hoy llega a sus nada menos que 130 semanas. Mis felicitaciones.

Mi Relato

En una tarde cálida en época de verano, cuando el sol ya comienza su fase de hora dorada, Ruperto, El Guardia del Ferrocarril, ansioso y embargado de emoción, esperaba de pie en aquella vieja estación de ferrocarril. Entre la brisa y el polvo de aquel suelo donde descansaban los rieles del tren, aquel hombre sentía que el corazón brotaría de su pecho. Ruperto llevaba ya seis meses sin ver a su amada esposa Bárbara, quien había viajado al exterior para visitar a su madre quien se encontraba delicada de salud.

Observaba nervioso, pero en muy cortos momentos su reloj de pulsera, inclusive se viraba para mirar también el reloj de la estación, como apurando el tiempo para ese anhelado encuentro con su amada esposa, pero las agujas del reloj parecían no avanzar de manera habitual. Ruperto, inquieto, observaba a su alrededor y notaba niños en su inocencia correteando por los andenes, parejas con equipajes riendo felices, otros viajeros con maletas llenas quizás con historias. Pero para aquel hombre solo había un escenario el anden principal al cual llegaría cargado de pasajeros el ferrocarril y ver descender a Barbara del tren. Mientras, su mente viajaba a los recuerdos compartidos, las risas en la preparando deliciosas comidas en la cocina, charlas interminables por las noches sentados en el porche mirando las estrellas y aquellos sueños que habían construido juntos.

Finalmente, en la larga recta de la vía del tren divisó el humo de la chimenea del ferrocarril que teñía el cielo y el sonido característico de aquella máquina aproximándose resonó en el aire. El corazón de Ruperto se aceleró, y sus manos casi no podían sostener una pequeña flor que había traído para ella, un gesto simple pero lleno del profundo amor. Al fin el tren se detuvo con un suave susurro, y las puertas se abrieron.

Entre la multitud de pasajeros y personas que esperaban a lso viajeros, sus ojos encontraron Bárbara, con una sonrisa que iluminaba su rostro, bajó del tren. Ruperto sintió que el tiempo se detenía y con cada paso que ella daba hacia él, su corazón se llenaba de una calidez indescriptible. Finalmente se encontraron, se abrazaron con fuerza, como si el tiempo y la distancia nunca hubieran existido.

Te he extrañado tanto —fueron las primeras palabras de Ruperto.

A lo que ella respondió: Yo también, más de lo que puedes imaginar, con lágrimas de felicidad asomando en sus ojos.

En ese momento, allí, en la estación de ferrocarril, rodeados de desconocidos, Ruperto y Bárbara supieron que su amor era tan fuerte y verdadero que cualquier separación no lo destruiría jamás. Con la flor en la mano y aquella hermosa sonrisa en el rostro de ella, sintieron que estaban listos para compartir nuevamente su vida, en un viaje que apenas comenzaba y sin retorno.

Así es el verdadero amor

_{Mi invitación al concurso a @josevas217, @robertorrivas y @zory23
Link del Concurso}