Saludos estimado amigo @oacevedo, un placer poder participar nuevamente en este concurso. Muchos éxitos.

Hace muchos años, en mi juventud, mi familia adquirió una bella casa en el campo, donde no había ruido de autos, ni bullicio de gente caminando de un lado hacia otro. Alrededor de la casa, verdes prados, colinas pronunciadas y extensos bosques de hermosos y perfumados pinos, sumados al murmullo constante de un río y una constante brisa, fresca, armoniosa, dominaba los parajes.

Al otro día, llegaste, con tus padres y hermanos, vestías de azul y rosa, con tus largos cabellos rizados color oro que brillaban con la luz del sol, tus hermosos ojos azules como el cielo del mediodía, y tu voz, melodiosa. Recuerdo que, al mirarnos, hubo una chispa, jajajaja, recuerdo que me escondí detrás del árbol, me asusté, no sé por qué. Cuando nos presentaron, al darte la mano, nos conectamos, ninguno supo por qué, pero si supimos que estábamos destinados el uno para el otro.

Ahí empezó nuestra historia, en mi Casa de Campo.

Luego de varias charlas, algunas comidas, muchos paseos por esos prados, algunas noches observando las estrellas, la luna, me di cuenta que éramos el uno para el otro. Pasó el tiempo, nos casamos en Mi casa de Campo, luego de 3 años vino nuestro primer hijo, luego llegaron las morochas. ¡Cuánta felicidad! Siguieron pasando los años, nuestros hijos crecieron rápido, se profesionalizaron y cada uno tomó su camino, formaron sus familias y ahora tenemos nietos, 5 hermosos nietos, algunos con tus ojos, otras con tus rizos. Las vacaciones son formidables, nuestra Casa se llena de risas, de pisadas, de gritos, de alegrías.

Ya han pasado 50 años desde que te ví por primera vez, aquí estoy y estaré contigo siempre, cada mañana disfruto el amanecer, mirando las colinas y los bosques, esperando mi hora para estar de nuevo contigo.