Dunning y Kruger describieron por primera vez el hecho de que reconocer las propias debilidades acerca de lo que se sabe en alguna esfera en realidad demanda una cantidad 🔢 considerable de metacogniciones que están asociadas a esa materia misma. El efecto se probó en una serie de estudios 🔬 dónde, a medida que decrecía el desempeño de los participantes, los autores observan que se producía una gran descalibración entre el resultado real en la prueba 📝 y lo que quienes la realizaban esperaban ⏰ obtener. En cambio, quienes realizan un mejor ejercicio en realidad logran una estimación 📊 más ponderada y conservadora incluso pudiendo subestimar su resultado.
Con todo, se revela que la ignorancia puede perfectamente experimentarse cómo conocimiento 📖 y exceso de confianza. De hecho, los autores avanzaron hacia una prueba dónde encuestan 🎤 sobre ciertas materias colando términos inventados y solicitando que los participantes señalen si les es familiar el concepto 💭. Consistentemente, a medida que las personas declaran que conocen más la materia, tienden a reconocer cómo familiares esos conceptos inventados.
Se esperaría que quienes no cuenten con todos los antecedentes e informaciones tendieran a actuar con cautela y con reflexión 🤔. Sin embargo, este sesgo cognitivo parece soportar la idea 💡 de que la conducta puede ser especialmente imprudente cuando la persona tiene cierto conocimiento – pero que en definitiva es comparativamente bajo – sobre algún tema. El efecto Dunning-Kruger no sólo nos habla de la naturaleza del conocimiento, es particularmente importante al considerar el autoreporte 🤥 de desempeño, por ejemplo, en la investigación de usuarios.