Jordan Peterson sin duda ha devuelto la atención al mito y su evolución 🏺 histórica. A diferencia de la mirada tradicional 🧕 que lo contrasta o desconfirma con la actual narrativa científica hegemónica, dentro de sus planteamientos e ideas más aceptadas, el controvertido psicólogo plantea que no se trata de objetividad, sino de las acciones 🎢 motivadas por el mito, avanzando a perfilar arquetipos mitológicos.
Así, señala al menos cuatro esenciales: madre 🤰, femenina, encarna posibilidades de crecer, caos y riesgos desconocidos; padre, masculino, seguridad 🛡️, orden e inmovilidad; héroe que lidia con ambas fuerzas para expandir 🌱 la protección hacia a las oportunidades sin estancarse ni sucumbir ante el peligro inesperado, y por último, el hermano hostil, una trayectoria opuesta que en oposición a alguno de los progenitores, eventualmente desarrolla envidia que vuelca dañando 🤒 al héroe. Queda para cada quién sopesar hasta qué punto esta épica explica y propende al progreso social, y cuanto, el erguir figuras colectivas à la Jung, abstrayendo en este nivel la experiencia humana, podría tender al anquilosamiento.
Si bien se trata de tropos bastante generales que parecieran rayar en lo satírico, aparentemente esa es justamente la idea. Para Peterson, aquellos elementos compartidos 📤 en todos los mitos nos hablan de verdades humanas muy profundas, cuyo manejo se ha optimizado en la evolución del mito. Muchas de nuestras normas 📐 están basadas en esos mitos, que, aunque parezcan caricaturas, han sido probados por generaciones, motivándonos y empujando a jerarquizar nuestros valores, evitando que caigamos en el vacío 🕳️ existencial del nihilismo.