MASCARAS - EXPEDIENTE 10_J97 (4)

in #historia5 years ago

Buenos días damas, caballeros, niños, gato y demás animales del público, hoy tendrán la majestuosa oportunidad de presenciar mi acto más peligroso, arriesgado y demente, por favor niños intenten hacer esto en casa...

Alfred ya sé que solo estoy acompañado del doctor, no me interrumpas cuando me presento, los del público aman eso...

Sí ya sé que solo hablo de mí, no seas llorón ya te dije que solo eres un gato gigante que le teme a los piratas, y sé que con este parche parezco uno.

Lo siento doc., Alfred hoy está algo gruñón, ¿sabe doc.? cuando niño me gustaba ir al circo con mi madre, de todos los actos que hacían mi acto favorito era el de la chica girando y el tipo lanzando cuchillos, así que inspirado en eso y con ayuda de Alfred, cuando grande hice mi propio acto, pero no era tan bueno con los cuchillos así que lo cambié por el hacha, es más pesada pero la manejo mejor. Tampoco tenía una rueda giratoria, pero tenía una mesa redonda, tuve que cortarle las patas y fijarla bien en un árbol, mucho menos tuve mi circo, pero tenía el bosque a mi disposición.

Para ese acto tuve mi asistente personal la señorita...

...amm...

...soy malo recordando nombres, pero tenía el mismo apellido que usted, ahora que lo recuerdo tenía mucho parecido a usted, sí, ella tenía sus ojos.

Ella se ofreció a ser mi asistente para el acto voluntariamente, claro después de horas cubierta de hormigas furiosas por todo el cuerpo, y uno que otro clavo incrustado en su pierna derecha, sin mencionar los dos dedos menos en su pie,

aunque creo que olvido algo...

...oh sí, ya lo recuerdo, tomé mi navaja y marqué una gran "X" en su frente.

La até a la mesa, extendiendo sus brazos y abriendo sus piernas, sus heridas aún sangraban y me manchó las manos, tuve que lavármelas porque después no iba a poder manipular bien el hacha, me alejé varios metros con el hacha en la mano, primero hice pruebas con un árbol y luego sí, la miré a los grandes ojos azules, llenos de lágrimas, suplicantes, y lancé por primera vez el hacha apuntando a su cabeza. Por suerte para ella fallé el tiro y solo corté un mechón de su cabello.

Fallé los primeros cinco intentos y descubrí que si la mataba no disfrutaría como Alfred quería que lo hiciera, entonces apunté bien a su mano izquierda contándole el hueso como si de mantequilla se tratase, le amputé la mano de un solo golpe, cortando desde la muñeca, ella dio un grito aterrador que para Alfred y yo era música para nuestros oídos, tomé de nuevo el hacha pero preferí no lanzarlo, ya me había cansado ¿sabe que me afecta la altura del bosque en las montañas? yo tampoco lo sabía.

Descansé un momento y volví para terminar lo que había empezado, tomé el hacha y lancé de nuevo, esta vez se quedó incrustada en el hombro, no lo cortó por completo, pero cortó lo suficiente como para dejarlo colgando, saqué el hacha de su hombro y le terminé de cortar el brazo con un golpe de mi hacha, me exalté y comencé a cortarla por todos lados, como si de un cerdo se tratara, su sangre salpicó todo el lugar y Alfred y yo reíamos mientras le arrancaba la carne del cuerpo, dejé el hacha y saqué un cuchillo filetero y comencé a sacar tiras de piel y carne de su tibio cadáver, hice un gran desorden de huesos, carne, piel y cabello de la hermosa chica ojos azules.

Desde entonces ese es mi color favorito, pero el de Alfred sigue siendo el rojo sangre. ese gato es una ternura, una muy macabra ternura, por eso me gustan los gatos.

Doc. ¿a usted le gustan los gatos?