Estos días de estricta y necesaria cuarentena, la ansiedad nos ataca y la necesidad de un "dulcito" sea hace inevitable. Ese antojo se ha vuelto rutinario, y ante la limitante de poder salir por uno, hay que elaborarlos en casa, y en ocasiones, ajustar las recetas a lo disponible en la despensa.

Es por ello, que he querido compartirles este delicioso postre, que gusta a chicos y grandes, y para el que solo necesitarás de 3 ingredientes básicos, que seguramente tendrás disponible.

Necesitaremos:

• 3 Claras de huevo (sólo las claras)
• 1 Taza de azúcar (o un poco más)
• Esencia de vainilla (al gusto)

Preparación del merengue:

• En un bol limpio y seco (preferiblemente de vidrio, aunque no es limitante), vertir las claras de huevos.
• Con la batidora a máxima velocidad, y con cuidado de no causar derrames, batir las claras de huevos, hasta que éstas alcancen su punto de nieve.
• Sin dejar de batir, incorporar poco a poco el azúcar (si la puedes pulverizar antes en la licuadora, mejor) y agregar también a la mezcla un chorrito (1/2 cucharadita) de vainilla.

Cuando digo que puede ser más de una taza de azúcar, es dependiendo del dulzor que desees.
Si gustas, puedes añadirle también la rayadura de piel de 1/2 limón.

• Cuando la mezcla alcance una buena textura, es decir, que la sientas homogénea y cremosa, el merengue estará listo.

Obtendrás algo así:

Ahora, solo resta armar los suspiros en una bandeja que irá al horno.

Para ello, haciendo uso de una manga pastelera (o una simple bolsa, con un huequito en un extremo) vertimos todo el merengue en ella y vamos haciendo pequeños "suspiritos", como se muestran a continuación:

Hecho esto, los llevamos al horno, el cual debe haber estado precalentado 20 minutos antes a máxima temperatura. Sin embargo, al momento de llevar la bandeja de suspiros al horno, debemos bajar la temperatura al mínimo posible, y allí deberán permanecer en cocción por aproximadamente 60 minutos.

En ese lapso de tiempo, puedes ir viendo que tal van los suspiros, e incluso probar alguno, para comprobar que ya estén crocantes y se deshagan en tu boca...uhmmm!

Háganlos, y me cuentan que tal les fue.