Yo tuve la suerte de contar con dos papas graduados primeramente de maestros y luego de profesores, así que he tenido la escuela desde casa, asistí a la escuela antes de nacer (en la barriga de mamá) y mis mejores recuerdos fueron justamente en mis años de estudio.

Mis maestras favoritas: mi mamá (Iraima), la maestra Aura, la maestra Soledad, la maestra Luisa, el profesor Napoleón (cariñosamente llamado por todos como tío Napo) y por supuesto los temibles profesores universitarios que igual fueron maestros pero de vida porque me enseñaron a no darme por vencida y a estudiar hasta debajo de las piedras.