Odiar
Muchos me dijeron: “amate a ti mismo” “valorate” “el amor lo es todo en la vida”.
Nada es así nadie es humano sin amar y odiar, lo único que amo en toda mi vida es la oscuridad de mi alma, el áspero color de mi aura y el espeso rencor que remuerde a mi mente haciendome ser un maldito muerto viviente.
Tal vez esté enfermo por causa de la mierda experimentada a lo largo de mi maldita historia, pero no es así recordemos que estamos en él ecuador del cielo y el infierno y sólo nosotros decidimos ser un hijo de Dios o un Ángel del Diablo.
Me veo al espejo y la única oración de mi propia definición es “Te odio”, y es que te odio por ser quien eres: Tienes un ingenió del mismo lucifer y esas ganas de asesinar brotan a flor de piel, sombras de muerte notable a los rayos del día o a plena luz de la noche.
Es qué; ¿Quien desea seguir siendo un estúpido por dejarse pisotear?
¿O por no tener absolutamente nada de dignidad, por no darse a respetar?
Mi odio se torna agresivo, indomable e insuperable cuando recuerdo las traiciones, desamores e ineptitud de la gente ridícula de la sociedad.
Me siento un imbécil por no aprovechar oportunidades de poder asesinar a esos mediocres que me pisotearon, me humillaron y me traicionaron.
Un completo idiota por no intentar cambiar lo que soy, siendo sincero adoro la voz de mi cabeza que desea saciar la sed de sangre y hambre de rencor, la paranoide que me alimenta de ideas y yo como un débil humano sedo a ello, pero ¿Quien no quiere matar y desmembrar a esos amigos desleales, sucios traicioneros o esas personas que solo hacen criticarte, también esas mujeres infieles mitómanas de amor verdadero?
Odiar es el sentimiento pesado del amor, ¿Porqué no me dejo ver quien en verdad soy?
¿Porqué enseño al mundo una máscara de hierro cuando por dentro solo soy un costal de huesos y emociones rotas?
Odio cuando aparento ser fuerte sin serlo, por compadecer a la mierda de la sociedad por perdonar a quien no merece ser perdonado.
Te odio por ser mal amigo, por ser mal hijo, por ser mal hermano, por ser mal humano.