Un mundo aún más feliz. Capítulo 23: Contaminación
Es la formación teórica quincuagésima sexta del cuarto año de la formación especializada en fomento de justicia y felicidad. Luno y Penso han creado lentamente una relación de admiración recíproca. Penso es más capaz de aprovechar las formaciones teóricas, pero Luno se ve más interesado en algún día comenzar a ejercer su profesión. El formador continúa su formación:
-Pues bien, formados, seguramente ya se están acostumbrando a la sección de historia. Al menos ya saben que disponen de ayuda psicológica en todo momento. Hoy les platicaré de un fenómeno físico que generaba problemas sociales. Como bien saben, los sistemas actuales de nuestra sociedad tienden a establecer un equilibrio en el ecosistema. Esto permite que aprovechemos todo tipo de recursos de manera infinita. Bueno, pues el panorama en el que estos sistemas queden desequilibrados saben que implicaría faltas o excesos de aquellos recursos. Estos excesos o faltas que provienen del desequilibrio eran muy comunes en el pasado. Dicho así de manera general quizás no han pensado en todas las consecuencias que ello implica, por lo que les explicaré unos ejemplos un tanto catastróficos que surgen a partir de estos detalles aparentemente simples.
-Por un lado -proseguía el formador- la producción de bienes llegó a implicar proteger muchos productos, sobre todo alimentos, en envases desechables no biodegradables. Puesto que un envase era relativamente pequeño para los grandes terrenos que no tenían una utilidad mayor, los envases eran depositados en terrenos de poco valor urbano. Además de los envases era común depositar también todo aquello que no servía más o se descomponía y que no era reparado por no parecer económicamente aceptable o por la simple comodidad de comprar un producto nuevo. El sistema abierto no parecía problemático hasta que la humanidad aumentó considerablemente el tamaño de la población y que aparecieron ciertas tecnologías de gran eficiencia en hechuras. Entonces las ciudades se acercaron a los terrenos de depósito y puesto que los depósitos mezclaban todo tipo de sustancias incluyendo biológico infecciosas, las poblaciones aledañas vivían con un aire desagradable y un panorama desagradable, además de que los terrenos se hacían algo inútiles o muy difícil y costosamente reaprovechables.
-Eso es menos malo de lo que nos ha platicado en otras ocasiones -dijo Penso.
-Quizás, Penso, -respondió el formador- sin embargo algunas enfermedades reducían el tiempo de vida de las personas más susceptibles. Pero bueno, en otro tema el sistema abierto de manera similar ocurría pero en la atmósfera. Muchas actividades, de producción y transporte generalmente, producían muchos contaminantes aéreos, mismos que no se reintegraban a otros ciclos y se acumulaban, disminuyendo en mayor grado aún la vida de muchas personas.
Los formados comenzaron a comprender que los sistemas desequilibrados provocaban efectos sumamente injustos.
-El último ejemplo que les quiero explicar -continuó el formador- es el del agua.
Algunos formados se estremecieron, entre ellos Luno.
-En la cultura del “desecho”, de lo que ya no sirve, era común que el agua, que parecía infinita al caer del cielo, fuera contaminada y usada como transporte de las heces y los orines al mar a través de ríos. Pues bien, mucha gente no tenía el agua necesaria para las necesidades más básicas. El agua potable comenzó a venderse, paradójicamente en envases no biodegradables, puesto que por diversas razones el agua que supuestamente debía ser potable comenzaba a dejar de serlo para apenas servir para la higiene externa o reemplazar el agua de los excusados. Pero lo importante es que, ya sea porque el agua estaba contaminada, o no se distribuía adecuadamente, mucha gente no podía hacer adecuadamente su higiene, algunos otros no llevaban higiene y esto fomentó también la proliferación de enfermedades y el acortamiento de muchas vidas. De verdad, jóvenes, valoren los sistemas equilibrados.
El día posterior Luno y Penso se quedaron de ver para comentar la formación teórica y visualizar mejor la información en el simulador correspondiente.
-Es terrible la historia, ¿verdad, Luno? -dijo Penso.
-Así es, Penso. ¿No te parece increíble? ¿Sospechoso?
-¿Sospechoso?
-Sí. Extraño.
-… ¿De verdad lo has pensado? … No, no creo que… Pero tienes un gran interés en la justicia… ¡¿Sí?!... ¡Oh!
-Solo era posible si la mayoría de la gente…
-era desinteresada…
-En algún momento lo tuvieron…
-que saber -dijeron ambos simultáneamente.
-Sus actos de injusticia eran… -comenzó Penso.
-intencionales -concluyó Luno.