PRIMER CONCURSO DE RELATOS EROTICOS PAPIKIWI 10/01/2018 | Solo carne

En un momento de nuestra vida, llegó a mi casa no sé a qué y estuvo rato molestándome con sus jueguitos. Le dije que YA, que se quedara tranquila y nada que paraba. Me levanté de la silla y la agarré por las manos, Marta forcejeo pero no sirvió de nada. La cargué y le dije par de nalgadas, rápidamente la lancé en la cama, le bajé el leggins y le di un manotón durísimo en su nalga izquierda. Pegó un grito fuerte y respiró rápido. Menos mal que estaba en mi cuarto y tenía la música a todo volumen.

Busqué un cinturón de karate que era de mi papá cuando entrenaba. Marta se levantó para acomodarse su ropa, pero la volví a empujar a la cama.
Puso algo de resistencia, pero cuando le besé el cuello, se calmó y comenzó a rozar sus nalgas conmigo. Aproveché para amarrarle los brazos y las piernas, antes de eso le quité los leggins y le tapé la boca con un pañuelo.
Marta se puso rojita del excite y la comencé a nalguear con gusto. Se movía y respiraba profundo. Le decía “eres bien zorrita” y ella respondía con un «sí» moviendo la cabeza y con los ojos cerrados.
Estando en cuatro metí mi cara entre sus piernas como a ella le gusta y mientras pasaba mi lengua por todos lados, ella trataba de gemir.

Soltó el pañuelo no sé cómo y dijo:
—Maldito, tengo unas ganas de agarrarte por el cabello y trancarte la cara en mi cuca y soltarte hasta que me dejes temblando.
Hablando serio, Marta no decía groserías antes de su explosión sexual, me imagino que se sentía liberada, bueno, sigo contando.
Luego saqué mi cara y le metí los dedos. Ella seguía con el contoneo y gimiendo pidiendo más y más. Metí los dos dedos y ella pidió otro y otro.
—Pasa la lengua por mi culo por favor— dijo con voz temblorosa.
Hice lo que dijo y tiempo seguido me puse un condón, la apreté por el cuello y la penetré.

—Dame bien rico, nalguéame, cógeme como siempre, soy toda tuya.
Hacía excitarme más y el choque con sus nalgas era brutal.
—¡Así, así, rico acábame en la boca!— pedía a gritos.
Le seguía dando y ella no dejaba de gemir.
—Maldito pipe tienes, me haces convertir en una zorra.
Creo que ella no tenía nada de vergüenza.
Cuando iba llegando, quité el condón y la puse de frente. La regué con lo que pedía y quedé con las piernas temblando.
—Fue la mejor cogida que me han echado, es más quiero volver a repetirlo— dijo mientras se limpiaba la boca.
Al rato la desamarré y me toco el pene.
—Esto me ha dado placer.
Sonrió y se subió el leggins.
Hablamos un tiempito más mientras descansaba y después bajamos las escaleras, pasamos la cocina y le abrí la reja de la casa. Se despidió y se fue moviendo sus nalguitas de lado a lado.
Marta, la popular Marta.

nomino a partipar @angi en este gran concurso.

patrocinado por @purapapita y @vicokiwi