Cómo resolver lo contradictorio e invisible. (He aquí una clave medio-lógica).
Cuando se trata de ideas en confrontación y uno apela a un pensamiento lineal, monovidente, pues probablemente se entre en el extravío. Bueno es apelar a aquella lógica (la dialéctica) que premia la contradicción.
Ocurre que cuando uno se halla en una discusión o en una encrucijada equis, ye o zeta de la vida, y en esas grandes o pequeñas batallas los extremos se muestran y se ocultan en alguna medida (trazando rutas en el fondo, cómplices), pues entonces brota lo que aquí denominamos, una necesidad superior.
Tal necesidad superior puede llevar consigo, varios cuños.
Uno de esos cuños tiene que ver con el elemento lógico propio "de toda discusión" y "de toda encrucijada de la vida". Digámoslo mejor... Tiene que ver con la cualidad que en éstas toma la contradicción (el enfrentamiento de cosas, "el choque de trenes").
Veamos. El modelo lógico básico que nosotros como comunes mortales abrazamos en la cotidianidad tanto cognitiva como práctica se basa en un trío de principios llamados, si más, analíticos. De tal trío, tomemos los dos que son básicos; a saber, primero (el de la identidad), "Cada idea o cada cosa es, correspondientemente, idéntica a sí misma", y segunda (el de la no-contradicción) , "No puede existir alguna idea o alguna cosa, que al mismo tiempo sea correspondientemente idéntica a sí misma, y contraria a sí misma". Insistiendo en los dos principios básicos del aludido trío lógico-analítico, podemos traer a colación en correspondencia, unos adagios populares que "hablan de por sí". "Al pan, pan, y al vino, vino"; "No se puede estar embarazada, solo de a poquitos".
Ah, pero bueno es decir aquí que según la tradición que viene trazando la llamada "filosofía clásica occidental", no es bueno dejar de considerar el tercer principio de la lógica analítica; vale decir el que reza: "Todo razonamiento que deje de abrazar en algún grado, las leyes de identidad y de no-contradicción, conduce a la invalidez, a la falsedad". Estamos hablando de la ley o principio lógico-analítico del tercer excluido.
Bien. Volvamos al principio de ese artículo...
Hemos establecido que uno de los elementos que resultan imprescindibles asumir en los movibles marcos de las discusiones y de "las encrucijadas de la vida", son aquellos que llevan consigo la reflexión de carácter lógico... Son aquellos que llevan consigo la reflexión de carácter disciplinario en materia de organización de pensamiento. Y en tal contexto, el tema de la contradicción ha de ser imprescindible.
Es que no solo es procedente negar la ley (lógico-analítica) de la identidad y la ley (lógico-analítica) de la no-contradicción, sino que es procedente negar el principio lógico-analítico del tercer excluido.
Y en esa triple negación, no solo surgen las nuevas ontoguiaturas dialécticas de la transformación (que es la primera) y de la contradicción (que es la segunda), sino que surge ¡la del nuevo incluido!
La ontoguiatura lógico-dialéctica de la transformación niega el principio lógico-analítico de la identidad. Así, toda idea o toda cosa cambia perennemente existiendo en tal proceso, momentos revolucionarios. La ontoguiatura lógico-dialéctica de la contradicción niega el principio lógico-analítico de la no-contradicción. Así, toda idea o toda cosa encarna contradicción interna y externa, existiendo en tal proceso, momentos revolucionarios.
La ontoguiatura lógico-dialéctica del nuevo incluido niega el principio lógico-analítico del tercer excluido. Es que no solo niega el tercer excluido, ¡sino que negándolo, vislumbra nuevos incluidos. Pudiendo ser éstos, inimaginados en el momento de la discusión o de la encrucijada de la vida.
Ese nuevo incluido no solo no es un lineal tercero; es un nuevo incluido.
Quizá, adagios como los siguientes, ilustren un tanto el asunto...
"Nadie sabe cuando el pez bebe agua", "Arcas abiertas, tentación para inocentes", "Todo pendejo es desconfiado".
Probablemente en los puntos suspensivos que aparecen al final del siguiente adagio (el cual advertí recientemente en la red Facebook), estén presentes algunas claves capitales (y sugeridas) para tomarle el pulso a la agudísima ontoguiatura del nuevo incluido... "Cuando uno es joven es muy pendejo, pero con el paso del tiempo se le va quitando lo joven...".
Más adagios y una reflexión adicional sobre esto. A saber, "Hay verdades, hay mentiras y hay estadísticas". La media aritmética en estadística, no puede ser tan miope como para quedarse en lo -para el caso- difuminado de lo cuantitativo.
"Hasta ayer estuve confundido, hoy... ¡no sé!".
¡Que viva lo nuevo!, y si me das un dato, pues lo agradezco (o medio agradezco)....
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Mil gracias.
Curated by: @fombae
Agradecido.