Ready Player One. Todo un espectáculo. Opinión

Si te gusta el género de los videojuegos y la cultura pop de seguro habrás encontrado tu película favorita en Ready Player One. Steven Spielberg vuelve a demostrarnos mediante su pericia y buen manejo de los efectos visuales que aún se encuentra en forma y es capaz de traernos grandes películas. Esta película está protagonizada por los juegos de ordenador, las consolas y la realidad virtual. Un disfrute total para los amantes del genero.

Las extraordinarias escenas de acción que transcurren durante un oasis de colores, personajes y escenarios son altamente adictivas y disfrutables. Y es que apoyada en múltiples referencias, canciones conmemorables de la cultura pop y los personajes más queridos de los videojuegos, ver Ready player One es como sentirse niño otra vez jugando con tu juguete favorito o esperando para desempacar un juguete nuevo. Debo admitir que así me he sentido yo al verla. La imaginación derrocha durante toda la película con toneladas de CGI y con escenarios que marcan una etapa de tu vida como fanático de la cultura pop. Ciertamente es difícil saber con cual identificarse frente al disfrute de tantas referencias y una banda sonora memorable trabajada por Alan Silvestri.

La historia tiene lugar en un futuro distópico donde la población ha encontrado refugio en los videojuegos y la realidad virtual. También conocido como el OASIS. Un mundo donde las personas pueden ser y hacer lo que quieran. Ser un personaje de Overwatch, las Tortugas Ninjas, Mortal Kombat etc. El que tú quieras. Y es que la actividad dentro del juego se ha desarrollado a tal nivel que el mayor incentivo económico y laboral se encuentra centralizado en la realidad virtual. Lo cual ha provocado que la gente pase más tiempo jugando que viviendo en la realidad. Cuando el creador del juego muere, deja un reto que consiste en superar tres pruebas donde el ganador heredará la multimillonaria empresa. De esta forma empieza el viaje de nuestro protagonista Wade Watts y sus compañeros luchando a medio camino entre la realidad virtual y el mundo real.