13 Cuentos del más allá #1 Amor de ultratumba
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Maldita la mañana en que te levantaste de nuestro lecho y te fuiste de mi lado desnudo y despreocupado directo a la ducha, dejando tu silueta sobre nuestras sábanas y tu aroma en mi piel. Teníamos tantas cosas por hacer juntos, tantos proyectos, todo se esfumó aquel día que ese conductor borracho te cegó la vida. No dejo pensar en ti amor, me perturba el saber que nunca más estarás a mi lado, sueño con ese día en que nos volvamos a encontrar, aquí o en el más allá.
Pero no puedo esperar, me hace falta tu calor y tu presencia en mi vida Marcos, esta noche, la más oscura y misteriosa del año, el día de los muertos, iré al camposanto a encontrarme contigo y haré lo que me dijo la Gitana Fedora, ¿qué puedo perder si ya la razón se fue de mi mente con tu partida? Nunca he sido creyente de estas cosas esotéricas, sin embargo el hecho que la gitana me abordara en la entrada del parque y viéndome a los ojo leyó mi sufrimiento me sorprendió mucho, además me dijo que tiene la solución a mi mal. Quedé congelada, ¿podrá hacer que mi Marco regrese a mi?
Me llevó a su guarida en el parque, una especie de carpa escondida bajo un puente, casi no se notaba porque la tapa un enorme sauce llorón. Muy tranquilamente me dice, -sé lo que quieres, lo vi en tus ojos, sé como ayudarte, pero antes debes saber que no será gratis, te va a costar mucho-. Pues no importa lo que cueste, estoy dispuesta a pagar lo que sea si eso me lleva a sus brazos de nuevo. Muy bien niña, eso me gusta. Ven mañana en la noche, trae una fotografía de tu marido y luego transfiere 5 BTC a la dirección que te enviaré a tu celular.
Debo reconocer que me sentía asustada, ciertamente nada garantizaba que la gitana cumpliría con mi deseo pero hay algo en ella que me hace confiar, quizás me hipnotizó y soy víctima de su embrujo, lo cierto es que hice lo que me pidió, regresé a su casucha, portaba conmigo la foto de Marcos y ya le había realizado el pago con la cantidad establecida. La gitana Fedora me esperaba sentada, me pidió que hiciera lo mismo frente a ella. Entre las dos una pequeña mesa nos separaba y sobre esta una vela que amenazaba con dejarnos a oscuras además una botella de un aguardiente transparente e irreconocible y una pequeña caja metálica.
Hija mía, coloca la foto de tu amado justo entre la caja y la vela, me dijo y así lo hice; posteriormente me pidió que tomara un trago de su licor, tenía un sabor muy fuerte, sentía fuego en la garganta. Poco después la gitana entró en trance, volvió a beber el líquido y lo expulsó sobre la foto, una vez realizado esto tomó la imagen de mi Marcos y la encendió con la vela ante mi rostro de incredulidad. Las cenizas las introdujo en la cajita de metal al mismo tiempo que murmuraba algunas palabras inentendibles, ¿será que le di mi confianza a una loca o soy yo la que perdió la cordura?
Pasaron cinco minutos (yo los vi como una eternidad) del frenético ritual de la gitana cuando esta se detuvo con su mirada fija en la cajita, luego levanta la cabeza y me mira fijamente a los ojos, puedo jurar que los ojos se le volvieron de un tono fosforecente, como de demonio, la verdad es que sentía mucho miedo (literalmente estaba cagada). Fedora mirándome fijamente me dijo: este viernes a la medianoche, día de muertos, la noche más oscura y misteriosa del año ve al camposanto con la cajita, ábrela y esparce las cenizas sobre su tumba, luego derrama una lágrima y una gota de tu sangre sobre su lápida y simplemente espera....sólo espera.
Y aquí estoy, arrodillada al lado de su tumba, con la esperanza puesta en el contenido de esta pequeña cajita, con mis lagrimas pensando en él y mi sangre hirviendo de ganas de volver a estar entre sus brazos. Hice todo lo que me dijo la gitana, en el mismo orden, una vez concluído el proceso sólo me queda esperar y lo hice con tanta fe que me cai rendida sobre él, sólo nos separaba el pasto y los gusanos. Justo al rato siento que la lápida vibra, la tierra bajo mi cuerpo pareciera hervir, me hago a un lado, mi corazón parece el de un colibrí latiendo a mil por segundo. De repente surge un hoyo, dentro de él la madera del ataud cruje, se hace pedazos. En el ambiente se siente el olor a carne en descomposición, desde el fondo de la foza el cadaver de mi amado surge entre la bruma nocturna, sin decir nada extiende su brazo derecho y hace un gesto como queriendo decir que me acerque a él, sin dudarlo me entrego a sus brazos y me fundo en su cuerpo, mi Marco está vivo....podrido, pero vivo.
Desperté al amanecer, estaba sobre su tumba, con su lápida como almohada, parecìa todo normal, como si no hubiera pasdo nada, ¿acaso fue un sueño, fue mi imaginación?, sé que era él, Marcos, estaba vivo, pude sentir de nuevo a mi amor, mi amor de ultratumba.
Carlos D. Pérez Guerrero /@waraira777