La contaminación está poniendo en peligro el futuro de la astronomía
Estas tres fuentes de contaminación: desechos espaciales, interferencia de radio y contaminación lumínica, ya son particularmente preocupantes. Y la situación está empeorando. En las próximas dos décadas, podrían lanzarse hasta 20,000 satélites en la órbita baja de la Tierra, los LED se convertirán en la fuente dominante de luz artificial y las redes móviles de quinta generación llenarán las frecuencias de radio. Estas fuentes de contaminación podrían evitar que los astrónomos vean de manera clara el cielo nocturno, limitando la sensibilidad y precisión de sus mediciones.
Los desechos espaciales son quizás la forma más naciente de contaminación humana. Solo seis décadas después del lanzamiento de Sputnik a los cielos prístinos, la órbita alrededor de la Tierra está llena de casi 18,000 objetos rastreados por el Comando Estratégico de los Estados Unidos. Estos objetos varían en tamaño desde trozos de material de aproximadamente un centímetro hasta satélites del tamaño de un bus. Los desechos espaciales pueden dañar los telescopios espaciales existentes y reflejar la luz, lo que puede confundir a los telescopios terrestres. Desde la Tierra, un destello de luz podría ser una estrella distante o solo un trozo de metal.
"Lo peor está por venir", dijo Patrick Seitzer, astrónomo de la Universidad de Michigan en Ann Arbor. "Vamos a duplicar nuestro catálogo [de escombros] en los próximos 20 años". La compañía aeroespacial Boeing, por ejemplo, ha propuesto el lanzamiento de una red mundial de casi 3.000 satélites. Las colisiones entre dos satélites pueden crear miles de pedazos de escombros.
En la Tierra, la contaminación lumínica es un fenómeno bien conocido y el cambio a los diodos emisores de luz (LED) está empeorando el problema. En 2010, los LED constituyeron menos del 1 por ciento del mercado estadounidense de iluminación. Hoy, representan aproximadamente la mitad del mercado, y se espera que esa proporción crezca.
Los LED tienen beneficios ambientales y económicos, son duraderos y energéticamente eficientes. Pero emiten un amplio espectro de luz, incluida la luz rica en azul, que es particularmente mala para la astronomía. La luz rica en azul se dispersa más fácilmente que la luz con longitudes de onda más largas, como el amarillo, lo que empeora el brillo del cielo y hace que sea más difícil ver las estrellas.
Invisible a simple vista, la interferencia de radiofrecuencia no es menos perjudicial para la astronomía que la contaminación óptica. Para los astrónomos que observan el universo a través de ondas de radio generadas por estrellas y galaxias, la interferencia de una fuente terrestre puede ahogar cualquier señal lejana.
Del mismo modo que los canales de radio cercanos en frecuencia pueden sangrar entre sí, creando estática, la interferencia de radio de diferentes tecnologías puede sangrar en los canales que los astrónomos usan para observar. A medida que más y más espacio en el espectro se engulle con la nueva tecnología, como las redes móviles 5G, los radioastrónomos tendrán que lidiar con más interferencias potenciales.
Enfrentado a la perspectiva de invadir la tecnología en la Tierra, el difunto astrónomo Jean Heidmann propuso en 1998 designar un área en el lado opuesto de la luna para un observatorio que estaría a salvo de los desechos espaciales, la luz y la contaminación radio.
A falta de esa solución extrema, la regulación gubernamental continua de las frecuencias de radio es crucial. "Sin la protección del espectro, los radioastrónomos perderían la capacidad de observar", dijo Liszt. Es posible que los astrónomos necesiten ampliar y asegurar zonas silenciosas de radio como la que rodea el Observatorio Green Bank en West Virginia para preservar un futuro para la radioastronomía basada en la Tierra.
Cuando se trata de luz artificial, ninguna sería mejor. Es una lucha fútil, los astrónomos estuvieron de acuerdo, pero hay soluciones. Flagstaff, Arizona, está adoptando luces LED, pero son lo que se conoce como LED ámbar de banda estrecha, que limitan el brillo del cielo porque se asemejan a las luces amarillas de sodio de baja presión que prefieren los astrónomos.
Por ahora, muchos astrónomos esperan que soluciones tan prácticas a la contaminación funcionen.
Fuente: sciencenews.org
Fuente de la imagen: http://quiurevista.com/convoca-inaoe-la-xi-olimpiada-nacional-astronomia/
Hasta la astronomía la estamos contaminando?? Que triste saber esto!!! El remedio a todo esto es la conciencia definitivamente..
Lamentable la falta de consciencia que tiene el ser humano por su propia ambición.