¿Cuando es correcto el detenerse y cuando es indicado el seguir adelante? (reflexión)
Cada día que me embarco en una actividad nueva, con el objetivo de aprender una nueva destreza, siempre me encuentro con obstáculos, que son de esperarse, pero que son repetitivos e implacables, ya que, pudieran ser pequeños, pero siempre te traerán inconvenientes. Esto trae a acotación la idea de “Seguir adelante” con la certeza de saber que algún día llegarás a tu objetivo.
Pero, ¿De dónde viene esta certeza?
Muchos dirían que esta certeza viene de la experiencia, de acciones pasadas que te enseñaron que si puede salir recompensado si continuas batallando contra la adversidad.
Otro dirán que viene de una idea, que de una manera u otra ha sido inculcada en nosotros como seres humanos, a través de relatos ajenos, fantásticos o reales que perpetúan la idea del llegar a la meta con dedicación y disciplina.
Esto en mi opinión es una mentalidad peligrosa porque en el mundo real no existe certeza alguna de que solo porque te esforzaste saldrás premiado; algún compañero de trabajo tiene un mejor sueldo que tu sin haberse graduado de la universidad, alguna amistad tuya tiene estabilidad económica mucho antes que tu a pesar de que tu hiciste mucho mas por obtenerla, estos caso son súper comunes y repetitivos y muchas personas se pueden sentir identificados con ellos, aun así muchas personas continúan luchando porque se siente mejor ser positivo ante la adversidad.
Ahora bien, yo poseo ciertas incertidumbres alrededor de mi vida que a mi edad son de esperarse: Amor, dinero, salud, sueños, aspiraciones, ámbito social, familiar, etc.
Cada uno de estos apartados tiene “tareas pendientes” que debes completar si quieres tener algo de estabilidad, pero ¿Qué pasa cuando te esfuerzas, superas obstáculos, batallas y aun así fracasas?
Muchas personas cuando les sucede esto no se lo preguntan, solo continúan intentando, están enfrascados en continuar hasta lograrlo, sin tomar encuentra el sufrimiento por el que pasan, parece que la mentalidad positiva les nubla el juicio. Otras personas se detienen, dejan de intentarlo porque se conforman con el típico “Al menos lo intenté”, y en el mundo de hoy, esta mentalidad es tomada como negativa y como causante de amargura, envidia, codicia, entre otros sentimientos malignos, pero ¿Acaso es incorrecto el no continuar para evitar el sufrir de más? ¿Es malo tener como objetivo el no sufrir?
“Si no sufres no aprendes” Ok, pero si la experiencia del que sufre es importante, ¿Eso significa que la experiencia del que no sufre no sirve de nada?
Mi incertidumbre aparece cuando me pregunto “¿Cuando es correcto el detenerse y cuando es indicado el seguir adelante?”. Debería hacer un balance entre las dos pero, ¿En dónde está?
Cada vez que me lo pregunto trato de llegar a alguna conclusión, a algún método que sea capaz de indicarme que es lo correcto, pero siempre termino llegando al mismo resultado: No importa lo que pase, no importa lo que sufras, no importa cuando o cuanto te detengas, estarás bien.
Esa es la conclusión, estarás bien.
“Un momento, pero ¿Cómo así que estar bien?” Supongo que ningún sufrimiento será más fuerte que tú, ningún obstáculo será más fuerte que tú, pero también ninguna crítica será más fuerte que tú, y tu bienestar personal es tu mayor prioridad.
Pero si caes derrotado también estarás bien, si te caíste y debes levantarte estarás bien, si posees alguna incertidumbre estarás bien, el balance está en que no importa si decides seguir o detenerte, tu estarás bien.
Gracias por leerme.