No se sabe a ciencia cierta cuándo se originó esta costumbre ya que en la época de la colonia se pedía la bendición a los sacerdotes y obispos, se presume que se originó de allí a través del tiempo. Es una tradición muy bella, te sientes protegido cuando eres bendecido con amor, nuestra costumbre es al levantarnos inmediatamente se la pedimos a nuestros padres, antes inclusive, de dar los buenos días, en una reunión familiar se comienza y se despide pidiendo a bendición.
Esta costumbre está tan arraigada en nuestra sociedad que la tenemos en todos los estratos sociales, se les inculcan a los niños a partir de los 6 u 8 meses juntándoles las manitos para pedir la bendición, es algo automático, en lo que ve a los abuelos o tíos de una vez junta las manitos, es un momento de alegría en la familia. Como se ve esta costumbre ha pasado de generación en generación en nuestro país, y no ha tenido modificaciones en el tiempo.
Quizás en estos tiempos no se mide el alcance religioso que tiene esta costumbre, ya que eres bendecido por seres que aun siendo autoridad o tienen jerarquía en tu ámbito familiar, lo hacen como un acto de amor hacia quien la recibe, en algunos casos es tomado como algo rutinario, que no se mide la fuerza positiva que tiene la palabra “Dios te bendiga”.
Las madres venezolanas al darle la bendición a nuestros hijos, estamos dándole una protección religiosa y nos quedamos más tranquilas porque se lleva nuestra bendición al salir a la calle, irse de viaje, ir a la escuela, universidad o simplemente antes de dormir.
Actualmente, veo mucho en las redes sociales, y particularmente lo aplico en las mías, colocar bendecido día, ya el hecho de estar vivo, debemos darle gracias a Dios por esa bendición.