Corazón de Dragón. Historia Parte N.15

No podía creer lo que estaba ante mis ojos, una figura tan imponente que me tenia sin palabras, pero no sentía temor alguno o una posible amenaza de su parte, totalmente lo contrario, sentía como si lo conociera de toda una vida, como si fuera parte del, una tranquilidad que se genera al sentirte protegido y una calidez incomparable que nunca había sentido en toda mi vida.

Sus imponentes alas fácilmente medias mas de dos veces mi tamaño cada una de ellas, un color azul como el zafiro, pero su mirada era lo contrario, un color tan negro como la noche y sus escamas eran sin duda alguna lo más fuerte que había tocado alguna vez en mi vida, no era muy diferente a los dragones que ya había visto en el pasado, era fácil pensar que tales ilustraciones venían de estas bestias tan extraordinarias.

“¿Timayus?”

“Si Blake, gracias a ti soy una vez más libre”

Era fácil sentir una conexión con él, es como si los latidos de mi corazón estaban sincronizados con los del, era extraño pensar eso, pero podía escuchar claramente su corazón latir al mismo ritmo del mío, ¿Acaso era posible?

“Lo es Blake, tu y yo estamos conectados”

Eso lo acabo de escuchar en mi mente, no, solo fue Timayus hablando, pero lo percibí como un pensamiento.

“Blake, me encuentro hablando directamente a tus pensamientos, mis pensamientos y los tuyos se encuentran unidos”

“Entonces, ¿Todo lo que piense tú lo sabrás?”

“Es correcto”

“Esto es increíble”

“Se que lo es, pero como te dije, tu y yo estamos conectados, somos uno, tu alma y la mía es la misma esencia”

Lo que me estaba diciendo tenía inclusive lógica, a pesar de todo lo que estaba viendo, pero que otra explicación podía existir a que su corazón y el mío latieran al mismo tiempo, pero si el podía escuchar mis pensamientos quiere decir que yo también podía escuchar los del, ¿Cómo podía hacerlo?

“Siempre que me escuchas es un pensamiento Blake, solo tú eres capaz de escucharme”

“Anciano, ¿Puedes escuchar a Timayus?”

Su respuesta no me sorprendía en lo más mínimo, incluso su rostro de desconcierto al realizar dicha pregunta lo delataba, era evidente que no podía escucharlo, pero la verdadera pregunta en este momento es, ¿Qué pasara ahora?