Una taza de café.steemCreated with Sketch.

in #cervantes7 years ago

               

                                                                                                       Fuente

Hoy fui por una taza de café, las calles eran las mismas. 

Era un día lluvioso, uno en el que fuese sido mejor quedarme acostado en mi cama sin tener que levantarme.

Sin embargo, eso no tenía por qué estar en mis planes, así que fui por mi café sin esperar que algo nuevo pasase.

Pero no fue así, mi día dio un cambio total en el momento menos esperado.

Me encontraba sentado en la mesa  junto a la ventana, cuando la vi. Parecía sacada de una revistas de modelo o algo así. Hablaba por teléfono, y ni se percató que yo estaba allí. Tropezó con sus propios pies y se me hizo inevitable no reírme. Pero aún distraída, era realmente hermosa. Y quién lo diría, que algún día llegó a ser mía.

Su baja estatura, su cuerpo no muy atrevido pero sí lo suficiente como para atraer a hombres, su melena de color cobrizo y su tez blanca eran algo que aunque ya no fuésemos nada, todavía me atraía. Entonces alzó la vista, se encontró con la mía e instintivamente la desvíamos. Ahí fue cuando apuró el paso, y se acabó ese pequeño momento llamado felicidad.

Es difícil describir cómo puedes seguir queriendo a alguien con que el lazo ya se rompió. Pero así estaba yo, enamorado sin ser amado. 

Nuestra historia fue breve, pero lo suficiente como para decir que llenó mi alma sin tener que quedarse mucho tiempo.

Puedo decir lo mucho que fue especial para mí. Era sincera, humilde, graciosa, atenta, y un sinfín de cosas más que me encantaría decir.

¿Por qué lo nuestro acabó? Ni yo lo sé, sólo simplemente ocurrió. No hubo daño de ambas partes. Pero lo que un día fue algo divertido, comenzaba a transformarse en monótono. Así que antes de que comenzáramos a dañarnos, decidimos dejarlo. Éramos lo suficiente maduros como para decidir qué era lo mejor para ambos. 

No me odia, ni yo le odio. De hecho, aún le quiero, y anhelo tenerle de nuevo. Pero como dicen por ahí, es mejor no forzar las cosas cuando una de las dos partes se quiere ir.

Yo estaba dispuesto a luchar por ella. Cambiar lo que fuese necesario para que aquella chispa que nos unió, volviera a avivarse. Sin embargo, ella se veía decidida. Y yo respetaba su decisión. ¿Quién soy para decir que debe quedarse conmigo sí o no? Ella siempre fue un alma libre, de esas que no son capaces de quedarse quietas. Buscan lo nuevo, lo que más les haga feliz. Y si no les hace feliz, al menos lo intentaron. Era eso lo que más me atrajo. 

Así fue como, el libro que ambos comenzábamos a escribir, tuvo que cerrar. 

Hoy no sé mucho de ella, pues ambos quedamos en un acuerdo de que actuásemos como completos extraños que se conocen muy bien. Porque, según yo, tenerle cerca iba a querer tenerla de nuevo, siempre buscaría la forma de conquistarla. Así, también lo confesó ella.

Y aunque aún me duele, me duele que no seamos capaces de saludarnos, sé muy bien que fue lo mejor. Era una persona maravillosa que yo no quería verle más adelante con odio. 

Puedo decir con seguridad, que fue lo mejor que me pasó, y también sé, que si en algún momento decidimos hablar de nuevo, yo la estaré esperando. 

Esperando con una taza de café, así como nos conocimos por primera vez. 

Sort:  

Parece ser una gran elección la del café.

Un buen relato, suele ocurrir.