La muerte en las series (Parte 1)
Esta semana cervantes-magazine habla de la muerte. Para intentar aportar un poco mas de información a la sección de criptocine/criptoseries decidí compartir un trabajo que hice la semana pasada sobre el tema de la muerte en las series.
Dedicado a los amantes del cine, espero que les guste!
SPOLER alert sobre las siguientes series: Sons of Anarchy, Breaking Bad, GOT, The Walking Dead (Por lo menos un año de antigüedad) y de Vikings (sobre la cuarta temporada).
Los elementos mencionados de otras series ya tienen mas de dos años de antigüedad pero si quieren evitar cualquier dato recomiendo saltear uno o dos renglones luego de la mención de dicha serie de interés.
La muerte es uno de los grandes temas que el ser humano ha tratado de comprender a lo largo de su historia. Fábulas, religiones, mitos y también películas siguen alimentando, hoy en día, nuestra incertidumbre acerca de ella, con cierto miedo pero también curiosidad y fascinación a lo desconocido. Las series de televisión, por su parte, están proponiendo nuevas visiones y usos de este concepto tan etéreo. De esta manera buscaré tratar, desde diferentes perspectivas, cómo se desenvuelve el tema de la muerte en la serialidad televisiva.
LA MUERTE COMO RECURSO NARRATIVO
El concepto de la muerte es el punto de partida para muchas series, como True Detective o Twin Peaks, que estructuran su relato alrededor de ella: el crimen de un personaje que apenas conocemos es el incentivo para presentar unos personajes y una trama. Más allá de esto, el motivo de la muerte se ha convertido en un recurso narrativo muy habitual e imprescindible para mantener el espectador imantado delante de la pequeña pantalla.
Constantemente vemos como personajes importantes para la trama son despedidos ante nuestro asombro, los fans esperan durante meses para saber cuál será la próxima víctima y si su protagonista favorito sobrevivirá. He aquí el “fenómeno spoiler”, que evidencia que la fuente más preciada de conocimiento acerca de las tramas televisivas es la muerte que acecha a la mayoría de personajes. El ejemplo por excelencia es la serie de éxito de HBO, Juego de Tronos, en la cual hemos visto una cantidad infame de muertes para todos los gustos, eso sí, la mayoría bajo el abanico de la violencia extrema. La sorpresa y frialdad con la que vivimos los crímenes nos ha vuelto adictos a ellos, de forma que queremos más, a la vez que nos preguntamos cómo evolucionará la historia después de ser desposeídos de nuestro héroe o del peor villano. Y es aquí donde está el ingrediente secreto: en los Siete Reinos no hay bandos de buenos y malos, sino que sólo los intuimos separados por una línea muy fina. Todos actúan según sus intereses y convicciones para cumplir un objetivo común: ocupar el trono de hierro. Es por esto que tanto unos como otros están al alcance de la muerte, por lo que nuestro interés para conocer las traiciones y asesinatos que ensuciaran sus actos nos mantendrá a la expectativa.
Si seguimos insertos en la narrativa, una opción muy recurrente es también la muerte como único final posible. Muchas series se desarrollan entorno a uno o varios personajes, los cuales son expuestos a múltiples situaciones y nos conducen hasta un determinado final. Es lógico, pues, que el final de la serie coincida con el final de estos personajes. De la misma forma que al final de cada temporada, la conclusión de una serie siempre promete unos hechos catárticos e impactantes. Después de años de emisión, la muerte se materializa como el mejor final para la historia, ninguna salida nos conformaría o concluiría el relato de la misma forma. Como la vida misma, la serie empieza y acaba. Y puede resultar un final glorioso y admirable narrativamente, como pasa con Walter White en Breaking Bad, en Sons of Anarchy o Vikings, pero también puede desembocar en la solución “fácil” y convertirse en el recurso vulgar para desenredar la trama, como nunca olvidarán los fans de Lost.
MUERTE Y RESURRECCIÓN
Más allá de la fascinación por la muerte, el hombre siempre ha ansiado tener el poder sobre ella y sobre lo que viene después. Tal y como reflexiona la serie Westworld, históricamente hemos soñado en incontables ocasiones ser dueños y señores de nuestro destino, en otras palabras: jugar a ser dioses.
De alguna forma, esa es la función que cumple el guionista o creador de una serie, imaginando un mundo sobre el cual pone las reglas y determina su evolución. En este proceso, como hemos visto, la necesidad narrativa de la muerte de los protagonistas se ha establecido como una fórmula de éxito inequívoca hacia el público en el relato serial.
Pero lo que empezó siendo una virtud ha llegado al extremo de agotar sus posibilidades: la muerte de personajes presuntamente importantes se ha vuelto tan tentadora, sorpresiva y dramática que resulta inevitable renunciar a ella, muchas veces sin tener en cuenta las consecuencias. Es por eso que ya en diversas series de la actualidad se cumple un factor común la resurrección del personaje, pues sin él la serie no podría seguir.
Lo vemos, entonces, en el caso de John Snow en Juego de Tronos, en Sherlock, donde no sólo vemos la "resurrección" del detective, sino también de uno de los mejores antagonistas de la actualidad; o también en Peaky Blinders (2013-actualidad), cuando al final de la segunda temporada nos despedíamos del mítico Tommy Shelby hasta que todo cambiaba en el último suspiro.
De manera inversa la relación vida/muerte juega de manera más original y por esto sorpresiva en la primera temporada de American Horror Story. Aquí creemos vivos personajes que ya están muertos siendo la revelación final esta realidad. Violet es el ejemplo más claro, pensamos que su intento de suicidio es fallido y no es hasta el final, cuando no puede salir de la casa, que tanto ella como nosotros sabemos que esta muerta.
EL VÍNCULO EMPÁTICO
La narrativa de las series y también el tratamiento de la muerte, en la era de Netflix y el Big data, obedece más que nunca a los gustos del consumidor y sus expectativas. La muerte es siempre una amenaza para el espectador, y esto no es más que por su relación emocional con los personajes: la empatía. Dicho de otra forma, entre espectador-personaje se crea un vínculo afectivo a través del cuál el primero sentirá suspense, miedo y hasta satisfacción por la muerte. Y no es esto lo mismo que hacía Hithcock en el cine?
En una película, el sentimiento de empatía se desarrolla en las dos horas de metraje, pero si multiplicamos los cincuenta minutos que puede durar un capítulo por una media de diez capítulos por temporada por unas 7 temporadas de la serie sale un total de 3500 horas de convivencia con el personaje en cuestión. Si a eso le sumamos el hecho que las temporadas se estrenen en cuentagotas, y que crecemos a la vez que la serie y sus personajes, he aquí la explicación del fuerte vínculo emocional que establecemos.
Se produce así una especie de unión con los personajes que forman parte de nuestro día a día. Se podría hacer un paralelismo con el Star System cinematográfico, pero si volvemos a analizar los códigos de la serialidad vemos que se establece de una manera mucho más considerable.
En la segunda parte hablaré de:
+La muerte en el imaginario Fantástico y Terrorífico.
+El simbolismo de la muerte.
+Actitud frente a la muerte.
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Pueden leer la revista de @cervantes aquí: https://steemit.com/spanish/@cervantes/cervantes-magazine-vol-18
sector para los cinéfilos: https://steemit.com/spanish/@ivan-perez-anies/cervantes-magazine-vol-18-criptocine-y-criptoserie escrito por @ivan-perez-anies.
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