La trágica historia de Braulia
En el año 1944, nació una niña en un pueblito llamado Churupal, tenía 6 hermanas pero una de ellas se la regalaron a su madre cuando apenas tenía 2 meses de nacida, por lo que fue criada como un miembro más de la familia. Ellos eran muy pobres, vivían en pleno campo donde los ranchos de por allí se encontraban muy distantes unos de otros. El más cercano le pertenecía a la partera del pueblito, a quienes todos los niños la llamaban madrina y le pedían la bendición.
El rancho donde vivía la niña y su familia, estaba construido de bijaos, tenía 2 cuartos que estaban ubicados uno al frente del otro con las puertas de pedazos de estera, las cuales se enrollaban durante el día y en la noche se soltaban al momento de dormir, tenía un pequeño pasillo y una sala, no tenían nevera, cocina, televisor, radio, apenas 5 sillas, una mesa y un lugar en la parte trasera, donde tenían 3 piedras grandes y allí cocinaban con leña.
Victorina la madre de la niña, fue atendida durante sus cinco partos por la partera del lugar, quien era muy popular por sus buenas atenciones. Ella se trasladaba hasta los hogares de las mujeres embarazadas y allí ponía en práctica sus conocimientos para ayudar a las parturientas; para ese entonces no era común que las mujeres dieran a luz en hospitales.
En vista de sus circunstancias, su madre se dedicaba a vender en una batea de madera, las frutas que los vecinos le daban en el camino para llegar al pueblo, por ejemplo, si una persona le daba una lechosa, el trato consistía en que cuando ella la vendía, la mitad del dinero era para la dueña, quien le hacia el encargo de comprarle con el dinero de la venta, ciertos artículos como café, papelón, pan entre otros, la otra mitad le correspondía a Victorina con lo que lograba llevar de comer a su familia. Esto lo hacía a diario, desde la mañana hasta las 3:00 de la tarde aproximadamente.
Su padre era un hombre de buenos sentimientos, servicial y muy cariñoso con sus hijas, de hecho no le gustaba pegarles. Su defecto mayor era que no asumía su responsabilidad de proveer para su hogar, por el contrario, le gustaba mucho tomar licor y llegaba en muchas ocasiones borracho, descuidando así las obligaciones familiares. Él trabajaba en una hacienda, con un alambique el cual se utilizaba para la elaboración del ron, también se hacía queso y ordeñaba las vacas para extraer la leche.
Para llevar a veces comida a su casa, él se endeudaba en las bodegas donde acostumbraban acreditar a la gente del campo, pero él no cumplía con el pago. Victorina en desconocimiento de lo que pasaba, cuando le tocaba hacer las compras a crédito, los dueños de los pequeños negocios le exigían el pago pendiente de lo que su pareja se había llevado.
Para la madre de la niña era una situación muy vergonzosa, tener que asumir el compromiso de la deuda de su esposo, quien se atrasaba hasta por 15 días causando muchas molestias y pena, era evidente que el dinero que lograba ganar de su trabajo, lo disponía para costear el licor que tomaba con tanta frecuencia.
Con ellos vivía la abuela materna, una señora de 84 años quien por su edad era de poca ayuda, más bien representaba un compromiso adicional para la familia, era poco cariñosa y casi no se le escuchaba hablar. El ambiente solía ser bastante desagradable para la pequeña niña, quien era muy observadora pero poco expresiva.
Braulia era el nombre que su madre había escogido para ella, a medida que fue creciendo, fue mostrando desagrado por aquel nombre. En ocasiones su madre le pedía hacer los mandados y ella se quedaba jugando con algunas amigas del lugar, trepando los árboles o bañándose en el rio y llegaba horas después, cuando su madre ya molesta por la demora, la esperaba para castigarla.
Ella era muy inquieta, un día su madre le pidió que fuera a buscar unas lechosas, en vez de eso, se fue con las amigas para un lugar donde estaba un árbol muy alto de donde colgaban unos bejucos, de allí se balanceaban para luego caer en una laguna. Ese día una de sus amigas se lanzó e inmediatamente Braulia lo hizo, lo que provocó un choque entre ellas ocasionándole una pequeña herida en su cara.
No tenían juguetes pero se las ingeniaban para fabricarlos. Algunos lo hacían con la macolla de los racimos de cambures. Su papá las cortaba y las daba a Braulia, ella le colocaba unos palitos que simulaban las patas, amarraba con un pedazo de hilo pabilo el tronquito de la macolla y finalmente en la parte de arriba ponían trozos de palo como si se tratara de un burrito de carga. Eso era parte de su diversión.
Braulia para ir a la escuela que tenía 2 turnos, le tocaba compartir las alpargatas con su hermana. Ofelia asistía en el turno de la mañana, mientras ella se quedaba a cuidar a la abuela. Posteriormente, ella con las mismas alpargatas las cuales ajustaba con un nudo, por quedarles grandes, asistía en la tarde.
El rancho donde vivía la niña y su familia, estaba construido de bijaos, tenía 2 cuartos que estaban ubicados uno al frente del otro con las puertas de pedazos de estera, las cuales se enrollaban durante el día y en la noche se soltaban al momento de dormir, tenía un pequeño pasillo y una sala, no tenían nevera, cocina, televisor, radio, apenas 5 sillas, una mesa y un lugar en la parte trasera, donde tenían 3 piedras grandes y allí cocinaban con leña.
Victorina la madre de la niña, fue atendida durante sus cinco partos por la partera del lugar, quien era muy popular por sus buenas atenciones. Ella se trasladaba hasta los hogares de las mujeres embarazadas y allí ponía en práctica sus conocimientos para ayudar a las parturientas; para ese entonces no era común que las mujeres dieran a luz en hospitales.
En vista de sus circunstancias, su madre se dedicaba a vender en una batea de madera, las frutas que los vecinos le daban en el camino para llegar al pueblo, por ejemplo, si una persona le daba una lechosa, el trato consistía en que cuando ella la vendía, la mitad del dinero era para la dueña, quien le hacia el encargo de comprarle con el dinero de la venta, ciertos artículos como café, papelón, pan entre otros, la otra mitad le correspondía a Victorina con lo que lograba llevar de comer a su familia. Esto lo hacía a diario, desde la mañana hasta las 3:00 de la tarde aproximadamente.
Su padre era un hombre de buenos sentimientos, servicial y muy cariñoso con sus hijas, de hecho no le gustaba pegarles. Su defecto mayor era que no asumía su responsabilidad de proveer para su hogar, por el contrario, le gustaba mucho tomar licor y llegaba en muchas ocasiones borracho, descuidando así las obligaciones familiares. Él trabajaba en una hacienda, con un alambique el cual se utilizaba para la elaboración del ron, también se hacía queso y ordeñaba las vacas para extraer la leche.
Para llevar a veces comida a su casa, él se endeudaba en las bodegas donde acostumbraban acreditar a la gente del campo, pero él no cumplía con el pago. Victorina en desconocimiento de lo que pasaba, cuando le tocaba hacer las compras a crédito, los dueños de los pequeños negocios le exigían el pago pendiente de lo que su pareja se había llevado.
Para la madre de la niña era una situación muy vergonzosa, tener que asumir el compromiso de la deuda de su esposo, quien se atrasaba hasta por 15 días causando muchas molestias y pena, era evidente que el dinero que lograba ganar de su trabajo, lo disponía para costear el licor que tomaba con tanta frecuencia.
Con ellos vivía la abuela materna, una señora de 84 años quien por su edad era de poca ayuda, más bien representaba un compromiso adicional para la familia, era poco cariñosa y casi no se le escuchaba hablar. El ambiente solía ser bastante desagradable para la pequeña niña, quien era muy observadora pero poco expresiva.
Braulia era el nombre que su madre había escogido para ella, a medida que fue creciendo, fue mostrando desagrado por aquel nombre. En ocasiones su madre le pedía hacer los mandados y ella se quedaba jugando con algunas amigas del lugar, trepando los árboles o bañándose en el rio y llegaba horas después, cuando su madre ya molesta por la demora, la esperaba para castigarla.
Ella era muy inquieta, un día su madre le pidió que fuera a buscar unas lechosas, en vez de eso, se fue con las amigas para un lugar donde estaba un árbol muy alto de donde colgaban unos bejucos, de allí se balanceaban para luego caer en una laguna. Ese día una de sus amigas se lanzó e inmediatamente Braulia lo hizo, lo que provocó un choque entre ellas ocasionándole una pequeña herida en su cara.
No tenían juguetes pero se las ingeniaban para fabricarlos. Algunos lo hacían con la macolla de los racimos de cambures. Su papá las cortaba y las daba a Braulia, ella le colocaba unos palitos que simulaban las patas, amarraba con un pedazo de hilo pabilo el tronquito de la macolla y finalmente en la parte de arriba ponían trozos de palo como si se tratara de un burrito de carga. Eso era parte de su diversión.
Braulia para ir a la escuela que tenía 2 turnos, le tocaba compartir las alpargatas con su hermana. Ofelia asistía en el turno de la mañana, mientras ella se quedaba a cuidar a la abuela. Posteriormente, ella con las mismas alpargatas las cuales ajustaba con un nudo, por quedarles grandes, asistía en la tarde.
Continuara...
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Ofuu que historia, creo que por el final esto continuara así que estoy ansioso de seguir leyendo. Hubo unas palabras que desconocia ajaja, pero ya pude investigarlas y saber su significado.
Excelente trabajo :)
Muchas gracias menos mal que lo mencionas se me paso colocar el continuara. Pronto se viene más
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