El futuro cripto pasa por la regulación institucional y la educación individual
Dos noticias destacamos esta semana, ambas de amplio recorrido, y que nos sirven para plantear una reflexión profunda.
Por un lado, tenemos DeFi como punta de lanza del mercado de las criptomonedas, un nuevo universo del que ya venimos hablando aquí y que no hace más que expandirse. Es cierto que las posibilidades que se abren con DeFi para el mundo financiero - sobre todo para la democratización de ese mundo - son enormes, pero para que se cumplan esos vaticinios, es necesario, de una parte, hacer el mundo DeFi más accesible al gran público - en la actualidad, este mercado parece disponible solo para aquellos que ya navegan con soltura por el mundo cripto -, y de otra parte, es preciso que el público se forme, de ahí la importancia de la aparición de plataformas y soluciones educativas en este sentido.
DeFi podría ser una revolución en sí misma dentro de la gran revolución que suponen las criptomonedas, pero debe llegar a todos, como señala uno de los artículos que traemos esta semana.
El otro artículo que destacamos habla de la regulación general de las criptomonedas. En concreto, del escenario que 2021 está dibujando para el avance de la regulación en Europa, que ya en septiembre de 2020 hizo pública una propuesta para la regulación del mercado de criptoactivos, conocida como MiCA (Markets in Crypto-Assets)
Los más románticos de los cripto-usuarios defienden que la regulación mataría el sentido primigenio de las monedas descentralizadas, atándolas a controles y trámites burocráticos. Esto puede ser cierto en parte, pero también es verdad que una regulación facilitaría el acceso y la adopción masiva de las criptomonedas, además de ofrecer un paraguas jurídico al que acudir con garantías frente a los desmanes de ciertos piratas cripto que pululan por la red.
Mover dinero con seguridad es síntoma de una economía sana, y poder comerciar con dinero descentralizado y protegido de los peligros de la inflación estatal, incentivando además la aceptación de las criptomonedas como medio de pago, nos abre un escenario futuro muy interesante.
La regulación será una realidad tarde o temprano, solo esperamos que no domestique el mercado solapando monedas digitales estatales por encima de las soluciones descentralizadas que encabezan Bitcoin y Ethereum. Para evitar esto último, es imprescindible la educación del usuario. Y todo aquel que usa dinero es un usuario.