Atardecer y el mar, en tonos cálidos

Las olas tienen su propio lenguaje. Dinámico, libre, sin pretensiones ni ataduras. Hay algo en ellas que me motiva a investigarlas, a comprenderlas en su movimiento y en lo apasionante de su textura. Contemplar su sal, sus sombras, la espuma y los tonos, todo ello me embarga en un constante estudio de su anatomía, que hoy, decidí representar en acrílicos.

Colores utilizados

Para hacer algo totalmente contrario a mi post anterior, decidí desafiarme a mí misma con una paleta de colores bastante limitada, de cuyos colores los más predominantes fueron rojo y amarillo, "Rouge cadmium foncé" y "Jaune cadmium clair" de mi colección de acrílicos, respectivamente.

Adicionalmente, una pintura al frío blanco que me permitiría hacer detalles en la textura de las olas y en la claridad de la espuma.

En cuanto a los pinceles, solo utilicé un pincel plano y un angular, para los detalles más pequeños.

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La mezcla de los colores previo y durante la composición del cuadro, es igual (o incluso más) importante que la técnica empleada, ya que son estos valores los que permiten el dinamismo de todos los elementos, bien sea del cielo, al que opté por construir a partir de un atardecer, y el mar, cuyos colores son los mismos del cielo, pero reflejados en el agua.

Resultado final

Una visión más amplia de mi espacio de trabajo:

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