Sobre la Gratitud | Respuesta agradecida a la invitación de @CarolinaIdrogo

Vamos parte por parte, que este será un agradecimiento complejo, por momentos no lo parecerá tanto, pero conservará siempre su significado. Lo primero será agradecer a quien me invitó a este ejercicio intenso, en forma de un reto que se ha vuelto un nado en aguas profundas, ahí donde se hallan tantas implicaciones vitales, ese lugar reservado donde solemos esconder asuntos de importancia; a eso entendí que me habían invitado, a meditar, abrir y exponer. Importante usar la herramienta del video para hacerlo más personal aunque más complejo (Un poco más adelante está el mío). Así pues, debo agradecer por esta reflexión a @CarolinaIdrogo, quien en una publicación propia realizó este mismo ejercicio, es muy recomendable visitarlo siguiendo este ENLACE, pues su exposición es con el corazón vibrante y es muy enriquecedora. Sin más, veamos qué es lo que pasa.

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El Árbol

Mucho en mi conciencia ha quedado aquella frase de que todo ser humano en la vida debería haber por lo menos dejado un libro, un hijo y un árbol. Yo empecé con los amigos vegetales. Muy pronto mi padre me enseñó algunas cosas de lo que pasa con la tierra, el agua, el viento y el sol, desde muy pequeño conocí la maravilla de las plantas, sus semillas, los injertos, los cuidados y los frutos. Nuestro patio era una especie de historia de las cosas que íbamos viviendo, cada salida cotidiana a regar el patio se volvía una nueva aventura para nosotros.

Mi Padre para mí siempre fue viejo, él tenía ya casi cincuenta cuando con mi Madre me trajo al mundo, ella ya pasaba los cuarenta, cuando hice un poco de conciencia era claro que mi generación era muy distinta de la de ellos. En cuanto a las plantas he de decir que las conocí una vez que mi padre se jubiló y nos mudamos a Mérida, la yucateca. Claro que aquí, a diferencia de la Ciudad de México, donde todo eran edificios de viviendas, teníamos un patio grande, lleno de tierra y posibilidades de vida, construcción, siembra, frutos y el crecimiento de los integrantes de la familia; padres, hermanas, sobrinos y yo mismo. Era el año de 1986. Era un niño que crecía entre la tierra y el asfalto. Aunque la familia ya no vive en aquella casa, debo agradecer todos esos momentos que pasé con los padres que tuve y que con gran tristeza ya no están para mí. Pero entre ellos, hoy mismo, estoy seguro que están siempre solidarios entre sí, tan confiados, joviales y amorosos como en sus mejores épocas y más brillantes momentos, entrelazados como las ramas que formaron. Sembré muchos árboles, pero he de decir que el crédito es de mis padres que seguían cuidando atentos los ciclos vitales.

El Libro

El libro aún no lo tengo así como tal, propio, pero también agradezco, pues como recomienda el dicho también he sido publicado en un par de libros, aunque sea de manera compartida. Pero bueno, habría que decir aquí algo que siempre ha estado en mi pecho; publicar en estos tiempos es cosa de decisión, constancia, confianza y esfuerzo. Los medios son muchos en la época que corre, para quienes esto están leyendo no hace falta mayor explicación. He publicado obras de Teatro como parte de un oficio que comentaré en un rato pero también he publicado en esta y otras plataformas diversos tipos de contenido. Por ahora diré de estas obras que pretenden alcanzar ese grado especial de realidad que brinda el escenario, que también he visto las puestas en escena de un par de las obras que me han significado tanto desvelos como encuentros en el mismo grado, revelando el mundo que se deja ver tras las palabras, en los comportamientos de esos personajes que son tal vez yo mismo en diferentes espacios, oficios, situaciones, vestuarios.

Aquí mismo en esta plataforma de Steemit, sigo escribiendo ese libro constante que lleva la compañía de muchos queridos amigos con los que he tenido encuentros maravillosos, así mismo he aprendido tantas cosas de una manera que no hubiera imaginado. He visto el trabajo arduo y en comunidad de muchas personas que comparten su esfuerzo, sus recursos y su talento para procurar el crecimiento general de un mayor número de personas. Colaboración, constancia y gran creatividad sin duda han sido un gran impulso que también agradezco al haberme encontrado con esta posibilidad de publicación e interacción comunicativa, tan tecnológica como humana, que ofrece la blockchain del Steem.

El Hijo

También tengo un hijo, y esa es una historia difícil aunque con ella las cosas por agradecer se llenan y se colman. Debo decir que para mí la paternidad me ha permitido observar el cumplimiento de los símbolos y más profundos sueños y deseos, así como la tristeza más persistente, contundente y con los panoramas más negros. Yo sabía desde hace mucho tiempo que tendría un hijo, fue una verdad constante desde mi adolescencia y sabía también por sensaciones sonoras y musicales que mi vida estaría relacionada con un país particular, Brasil. No es que supiera estas cosas exactamente pero tenía imágenes constantes. Cuando conocí a la madre de mi hijo y nos hicimos pareja, yo veía en mí cumplidas antiguas promesas e ilusiones, ella es brasileña, pero no sabía y sigo sin aún conocer todas las implicaciones de aquellas premoniciones. Es simple, en un momento dado mi hijo fue alejado de mi lado (para mí ese es el resultado) y tantas cosas que eran concretas en mi Mundo de símbolos se derrumbaron. Hace ya tres años que no puedo abrazarlo más que por Skype, pues cuando digo que se lo llevaron lejos me refiero al otro hemisferio del planeta; su madre, con razones unilaterales, regresó a Brasil, su país, desde México, con lo que ese abrazo próximo se complica en distancias, tiempos, dineros. Me fue dicho que viajarían un mes para visitar al abuelo por su cumpleaños, era el 2015...

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AQUÍ	ALLÁ

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Pero yo agradezco saber que está contento como niño que crece con todos sus encuentros, dudas, alegrías y anhelos. Después de estos tres años de distancia me preparo para volver a vernos, allá o aquí, pues según las esperanzas será el próximo año. Yo agradezco que cuando estuvo conmigo, desde que se agarró de mi pulgar cuando tenía unos minutos de haber nacido, hasta ser un niño que crecía y empezaba a jugar con las letras y las palabras, forjamos una unidad indisoluble, me responsabilicé en torno a ello; quiero que esa unidad se mantenga mientras la vida de sus vueltas. Tengo un hijo, aun así de esta manera distante y nunca dejo de agradecerlo.

El Tiempo

Gracias a todo esto he conocido las sutilezas del Tiempo. He visto sus fuentes de Luz y sus pozos Negros, me parece que no puede agotarse la sorpresa de sus eventos, secuencias y consecuencias de lo que de alguna manera impulsamos con nuestros actos y pensamientos. El Tiempo me ha cumplido muchas promesas, a veces al cumplirlas me ha mostrado también sus aristas amargas, las responsabilidades implícitas de lo que se nos regala al momento. Me he acostumbrado tal vez al Tiempo o al menos he dejado de lanzarle amenazas que en nada le perturban ni pueden afectarlo. Yo agradezco mi Tiempo tan lleno de contradicciones y procesos complejos.

Así, creo que hay que aceptar que los gustos, las dificultades y también los pesares tienen que agradecerse, pues cada uno forma parte de la sal de la vida que nos hace ser lo que somos y determina el lugar al que vamos encaminados. Al final creo que nos daremos cuenta que el Tiempo es un suspiro que tiene un sabor agridulce pero siempre tan intenso como lleno de significados, tomar el Tiempo que nos tocó en este Camino en nuestra mano nos dará el impulso para dar el próximo salto.

El Video

Ya para concluir con mi serie, quiero agradecer también el encuentro con mi vocación, pero ello será en el video, pensando, hablando y poniéndome nervioso. Si han llegado hasta por aquí pueden echarle el ojo, pero pónganse audífonos o súbanle al volumen, que por más que hice me quedó bajito.

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