Hola a todos. Esta vez, después de participar anteriormente, quiero unirme al concurso organizado por @solperez para el 147.º Concurso de Arte y Escritura. Invito a mis amigas @almacaridad, @carmari y @rosmarycar91 a participar.

En una pequeña tienda en la esquina de la ciudad, se reúnen dos amigas que se hacen llamar "Las Bebedoras". El nombre suele ser malinterpretado. Muchos piensan que son borrachas, adictas a la vida nocturna y las fiestas ruidosas. En realidad, son amantes de las bebidas calientes: té tirado, café negro, té de jengibre y chocolate caliente.

Todos los viernes por la noche, se sientan en círculo bajo luces tenues, acompañados por el humo de vasos calientes y una charla interminable. Para ellas, beber no es solo una actividad, sino un ritual de hermandad. Cada sorbo trae consigo una historia: sobre una esposa embarazada, un niño que empieza a leer o una planta de chile detrás de la casa que finalmente da fruto.

“Si podemos emborracharnos con risas e historias”, dijo Ujang mientras daba un sorbo a su café solo, “¿para qué beber algo que puede hacerte perder el rumbo?”.

Rieron. Nadie se sentía perdido ni siquiera sin alcohol. De hecho, en esa unión encontraron una calidez más auténtica. El amargo sabor del café o la dulzura del té nunca mentían, como su sincera y sencilla amistad.

Para ellos, ser bebedor no se trata de lo que se bebe, sino de lo que se siente y con quién se termina la copa. En un mundo cada vez más ruidoso, encuentran paz en una taza y en la conversación.

Así son los bebedores que no necesitan emborracharse para ser felices.