El llanto en las canciones.

Cuando un grupo de Blues Rock Venezolano publico su Álbum: Al Fin, yo tenía 16 años, era el año 1983 y apenas me picaba el gusanito del amor.

Me sentía atraído por una linda muchacha rubia de mi edad que vivía con sus padres en una casa en un conjunto residencial en una casa al lado de donde mi tía vivía.

Hablábamos de juegos, corríamos en la calle y nos mirábamos mucho a los ojos, mi corazón latía muy fuerte al verla, pero se sentía bonito.

La familia de esta niña era extraña, muchas veces al ir a visitar a mi tía oía gritos y llantos en la casa de al lado, hasta que un día muy lluvioso presencie como mi amiga era castigada por su padre, un andaluz de mal carácter, con una correa.

No podía hacer nada y de la misma manera al igual que ella comencé a llorar. Le pregunte a mi tía que sucedía y ella me dijo que no opinara ni me metiera que era mejor que me alejara de esa linda chica.

Sus ojos taciturnos vidriosos me transmitían dolor en el alma y me parecía injusto ese tipo de castigo. Ellos se mudaron del conjunto residencial y no vi más nunca a ese amor al cual nunca me declare.

Un poco deprimido entre a una tienda de discos de acetatos y por casualidad vi un disco de rock venezolano de un grupo musical que era contestatario y alternativo pero que se distinguía por sus canciones con letras sumamente poéticas: La misma gente.

Este disco, (Al Fin), es un clásico del rock hecho en Venezuela con un alto grado de conciencia social y entre esas canciones hay una que me llama muchísimo la atención: Lluvia.

Escucharla me recordaba, y recuerda, a mi amor oculto, maltratada por su familia, el tema transmite la ausencia de esa persona añorada y vulnerable que quizás nunca más volveré a ver, se me hace un nudo en la garganta cada vez que la escucho, y poco a poco se me aguan los ojos.

Este es un tema mágico que siempre tendré en mi mente y que ha hecho historia en Venezuela como una de las baladas más hermosas escritas en el género rock del país. Ha transcendido generaciones enteras de rockeros y para muestra el video en el cual todos los asistente en un concierto en el Aula Magna de la Ciudad Universitaria de Caracas cantan la canción emotivamente.

Escucho la canción, cierro los ojos y me transporto a mi adolescencia con mucha nostalgia, a un tris de llorar y me pregunto todavía ¿qué habrá hecho mi amor truncado para merecer ese castigo?.

Llorar es liberador, nos permite hacer catarsis y a la vez funciona como un vehículo que nos permite mostrar sentimientos. Llorar es algo muy humano y todos, mujeres, hombres o niños tenemos el derecho de hacerlo sim prejuicio alguno!. Muchas veces la música nos sirve para traducir nuestras ganas de llorar y a través de ella logramos aflorar sentimientos internos que se traducen en lagrimas o llanto, dependiendo de nuestro estado de animo, y eso para mí está bien, es terapéutico.

Esta es mi participación en el concurso El llanto en las canciones Enlace Aquí, sugerido por @blessedlife.

Invito a participar a @robertorrivas, @strong56 y @dilianny20.

Espero que la presente publicación haya sido del agrado de los lectores. Muchísima suerte a los demás participantes del concurso.

Un gran saludo a todos.

La primera imagen es de mi propiedad, fue tomada con mi teléfono celular Tecno Spark 20Pro. La modifique utilizando los elementos del programa de diseño gráfico Canva.

El separador es de mi autoría, y lo realice con el programa de diseño gráfico Canva.