La escritura creativa es un arte que me ha permitido conectar con la filosofía de la vida. Por ello, hacerla parte de mí es de vital importancia, ya que de esa manera, exploro lo mágico de la creatividad y, la dinámica semanal de nuestra amiga @solperez se ha convertido en una musa esencial para mí. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  Helena y Moisés son un matrimonio que acaparan la atención de toda la ciudad Atlántico desde que están casados. Para todos los habitantes, son un gran ejemplo a seguir y, entre sus sueños, está tener la elegancia y belleza que les caracteriza.

  Desde hace tres décadas, en Atlántico siguen la tradición de que todos los ciudadanos deben estar a primera hora en el balcón principal de la casa de Moisés y Helena, ya que tienen que rendirles tributo. Durante ese período, no hubo alguien que se negara a rendirles tributo.

Hoy la veneración de los incautos nos seguirá aportando supremacía

  Le dijo Helena a su esposo mientras se alistaban para ir al balcón. Él le contesta con una risa bastante sarcástica sin saber que, por primera vez, uno de sus empleados había escuchado cómo ellos se expresaban de las personas que los admiraban.

  Desconcertado por lo que escuchó, Alirio se fue corriendo a la cocina para contarle a los empleados lo sucedido. Ellos tenían la concepción de que, Moisés y Helena eran personas de buen corazón, además de ser sus amigos. No obstante, las palabras de Helena evidenciaron que las cosas no eran así.

Son unos mentirosos y vanidosos. Merecen una lección que les haga respetar a las personas que confían en ellos

  El personal que trabajaba en la casa se movilizó rápidamente para contarle a las personas lo que escuchó Alirio y, lo que habían planeado para quitarles la máscara a Moisés y Helena. Como todo rumor, se esparció en menos de treinta minutos; llegaron al balcón a la misma hora de siempre con la intención de que ellos no sospecharan nada.

Querido, salgamos al balcón. Es momento de que adoren nuestra belleza, elegancia, atuendos y joyas

  Moisés observa a Helena y le asegura que, absolutamente, nadie los superará, porque ellos son únicos y, los que estaban afuera, no sabían que la veneración que le hacen, es para que ellos sigan siendo perfectos. Helena, por su parte, se coloca una extraña máscara que suele usar en las apariciones.

  En el balcón, Moisés alzó su cetro para que la veneración iniciara. Pero, los asistentes se quedaron firmes ante ellos y, después de un silencio muy incómodo para Moisés y Helena, se escuchó el contundente grito que decía:

¡Fuera de Atlántico, vanidosos!

  Seguido de esa expresión, una lluvia de tomates golpeó a Helena y Moisés; arruinándoles el atuendo, maquillaje y toda la decoración que tenía el balcón. Mientras algunas personas arremetían con ellos, otra tómbola entraba a la casa para llegar al balcón y expulsarlos de la ciudad.

  Entre tomatazos y forcejeo, la máscara de Helena se cayó; siendo ese el momento en que ellos comprendieron que la belleza de Helena no era real y, se burlaron de ella por inventarse un rostro. En cuanto a Moisés, le descubrieron un peluquín con el cual, ocultaba su calvicie.

  Los ciudadanos de Atlántico finalmente expulsaron de la ciudad a Helena y Moisés e iniciaron una fiesta en conmemoración a lo que ellos denominaron la libertad. Entre la fiesta, Alirio instó a que todos hicieran la promesa de que jamás permitirían que los humillaran y, tampoco serían vanidosos, porque ellos entendían que, las personas son tesoro por lo que hay en el corazón.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!