What would you say to them | 3rd Edition

INTRODUCTION

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We live in strange times — not just because the world feels chaotic, but because everyone seems to be carrying something heavy. Different battles. Different fears. Different truths. If I had the chance to sit across from each of you — yes, you — here’s what I would say, plainly and honestly.

To those who think this is the worst time in history

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A lot of people feel like the world’s falling apart. News headlines are full of war, inflation, injustice, disasters—everywhere you turn, it feels like something is burning. It’s heavy. And you wouldn’t be wrong for feeling overwhelmed.

But is this really the worst time in history? Think again.

There was a time when people lived through world wars—twice. Families were torn apart. Entire countries disappeared. Diseases wiped out communities, and there were no vaccines, no internet, no way to call for help. If you were born in to poverty, you stayed there. If you got sick, you hoped for a miracle.

Today, yes—we have new problems. But we also have more tools, more knowledge, more chances to rise. That doesn't make the present painless, but it does make it strong.

It’s not the end of the world. It might just be the messy middle—the part of the story where everything shifts. And maybe, just maybe, you’re not a helpless witness. Maybe you’re a part of the turning.

To leaders and all those individuals who believe they are indispensable.

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You ever meet someone in charge who talks like everything would fall apart if they weren’t around?

They act like the business, the group, the whole system would stop without them. And maybe for a while, things do get messy when they step out. But truth is, no one lasts forever. Not in power, not in anything.

History’s full of “indispensable” people who are now just names in books. Or forgotten completely.

The ones who really leave something behind? They’re the ones who make space for each others. They teach, they train, they share what they know. They don’t hoard it like they’re afraid someone else might do it better.

If everything depends on you and only you, then what you built was never solid to begin with. That’s not leadership—that’s control.

So maybe ask yourself: if you walked away tomorrow, would what you started keep growing? Or would it fall apart because you didn’t trust anyone else to carry it?

To a trusted person whose partner has been unfaithful.

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It hurts. More than you probably want to admit. That kind of betrayal hurts. Especially when it comes from someone you really trusted. Someone you believed in.

You start replaying everything. Every conversation. Every “I love you.” Trying to figure out when the lies started. Trying to spot the moment it all shifted, even though you probably won’t find it.

But here’s the thing. You didn’t mess up by trusting. You weren’t naive for loving. You where doing what people are supposed to do in relationships your best. They’re the ones who failed, not you.

Right now, you might feel broken. But you’re not. You’re bruised, maybe. But not beyond repair.

Take your time. Don’t rush to forgive. Don’t rush to forget either. Let it sit. Let it burn if it needs to. But don’t blame yourself that much.

You’re not stupid for loving someone who betrayed you. You were honest. You were real. And one day, someone else will be too with you and cherish you.

To those who claim that artificial intelligence could wipe out humanity.

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You're not crazy for being worried. A lot of people are. The speed this stuff is moving—it’s wild. One day it's helping you write emails, and the next, people are talking about it making life-or-death decisions. That’s enough to make anyone uneasy.

But let’s not all jump to robots taking over the world just yet. The bigger issue isn’t the machines. It’s us. It’s what we build into them—and what we leave out.

AI isn’t evil. It’s not good either. It’s a tool. A mirror. If we build it with greed, bias, or carelessness, it’ll reflect that right back. But if we lead with caution, clear rules, and empathy, it could help us solve things we’ve struggled with for decades.

Still, it’s not magic. And it’s not a villain. It’s just code. The question is: are the people writing the code thinking far enough ahead?

So yeah, worry if you must. But then get involved. Ask questions. Push for better policies. Don’t just sit back and wait for the worst. Shape it now—while we still can.

Final Thoughts

Each of you — whether you’re grieving, afraid, disappointed, or disillusioned — deserve to be heard.

This world will never be perfect. But it's ours. And as long as we keep asking these questions and wrestling with these hard truths, we’re still in the fight.

Don’t lose hope.

You’re not alone.

We move forward — together.

I invite @samuelbrilliant @paholags @kwinberry to take part in this contest

Versión en español

INTRODUCCIÓN

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Vivimos en tiempos extraños, no solo porque el mundo se siente caótico, sino porque todos parecen llevar algo pesado. Diferentes batallas. Miedos diferentes. Verdades diferentes. Si tuviera la oportunidad de sentarme frente a cada uno de ustedes, sí, ustedes, esto es lo que diría, simple y honestamente.

A aquellos que piensan que este es el peor momento de la historia

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Mucha gente siente que el mundo se está desmoronando. Los titulares de las noticias están llenos de guerra, inflación, injusticia, desastres; dondequiera que mires, parece que algo está ardiendo. Es pesado. Y no te equivocarías por sentirte abrumado.

¿Pero es realmente este el peor momento de la historia? Piénsalo de nuevo.

Hubo un tiempo en que la gente vivió guerras mundiales, dos veces. Las familias fueron destrozadas. Países enteros desaparecieron. Las enfermedades acabaron con las comunidades y no había vacunas, ni Internet, ni forma de pedir ayuda. Si naciste en la pobreza, te quedaste allí. Si te enfermabas, esperabas un milagro.

Hoy, sí, tenemos nuevos problemas. Pero también tenemos más herramientas, más conocimiento, más oportunidades de ascender. Eso no hace que el presente sea indoloro, pero lo hace fuerte.

No es el fin del mundo. Podría ser solo el medio desordenado, la parte de la historia donde todo cambia. Y tal vez, solo tal vez, no seas un testigo indefenso. Tal vez eres parte del giro.

A los líderes y a todas aquellas personas que se creen indispensables.

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¿Alguna vez conociste a alguien a cargo que habla como si todo se desmoronara si no estuvieran cerca?

Actúan como si el negocio, el grupo, todo el sistema se detuviera sin ellos. Y tal vez por un tiempo, las cosas se complican cuando salen. Pero la verdad es que nadie dura para siempre. Ni en el poder, ni en nada.

La historia está llena de personas "indispensables" que ahora son solo nombres en los libros. O olvidado por completo.

¿Los que realmente dejan algo atrás? Ellos son los que se hacen espacio el uno para el otro. Enseñan, entrenan, comparten lo que saben. No lo atesoran como si temieran que alguien más lo hiciera mejor.

Si todo depende de ti y solo de ti, entonces, para empezar, lo que construiste nunca fue sólido. Eso no es liderazgo, eso es control.

Entonces, tal vez pregúntese: si se fuera mañana, ¿seguiría creciendo lo que comenzó? ¿O se desmoronaría porque no confiabas en que nadie más lo cargara?

A una persona de confianza cuya pareja le ha sido infiel.

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Duele. Más de lo que probablemente quieras admitir. Ese tipo de traición duele. Especialmente cuando proviene de alguien en quien realmente confiabas. Alguien en quien creías.

Empiezas a reproducir todo. Cada conversación. Cada "Te amo."Tratando de averiguar cuándo comenzaron las mentiras. Tratando de detectar el momento en que todo cambió, aunque probablemente no lo encuentres.

Pero aquí está la cosa. No te equivocaste confiando. No fuiste ingenuo por amar. Donde haces lo que se supone que la gente debe hacer en las relaciones lo mejor que puedes. Ellos son los que fallaron, no tú.

En este momento, es posible que te sientas roto. Pero no lo eres. Estás magullado, tal vez. Pero no más allá de la reparación.

Tómate tu tiempo. No te apresures a perdonar. Tampoco te apresures a olvidar. Déjalo reposar. Déjalo arder si es necesario. Pero no te culpes tanto.

No eres estúpido por amar a alguien que te traicionó. Fuiste honesto. Eras real. Y un día, alguien más también estará contigo y te apreciará.

A quienes afirman que la inteligencia artificial podría acabar con la humanidad.

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No estás loco por estar preocupado. Mucha gente lo es. La velocidad a la que se mueve esto, es salvaje. Un día te ayuda a escribir correos electrónicos y, al siguiente, la gente habla de que toma decisiones de vida o muerte. Eso es suficiente para incomodar a cualquiera.

Pero no saltemos todos a que los robots se apoderen del mundo todavía. El mayor problema no son las máquinas. Somos nosotros. Es lo que construimos en ellos, y lo que dejamos de lado.

La IA no es malvada. Tampoco es bueno. Es una herramienta. Un espejo. Si lo construimos con codicia, parcialidad o descuido, lo reflejará de inmediato. Pero si lideramos con precaución, reglas claras y empatía, podría ayudarnos a resolver cosas con las que hemos luchado durante décadas.

Aún así, no es magia. Y no es un villano. Es solo código. La pregunta es: ¿están las personas que escriben el código pensando lo suficiente en el futuro?

Así que sí, preocúpate si es necesario. Pero entonces involúcrate. Haz preguntas. Impulsar mejores políticas. No te quedes sentado y esperes lo peor. Dale forma ahora, mientras aún podamos.

Reflexiones finales

Cada uno de ustedes, ya sea que esté afligido, asustado, decepcionado o desilusionado, merece ser escuchado.

Este mundo nunca será perfecto. Pero es nuestro. Y mientras sigamos haciéndonos estas preguntas y luchando con estas duras verdades, seguiremos en la lucha.

No pierdas la esperanza.

No estás solo.

Avanzamos, juntos.

Invito a @samuelbrilliant @paholags @kwinberry a participar en este concurso