The configuration. Master the mental code 3

Mirror effect I can spend the morning eating apples. Silly Billy brings them to me effortlessly. He leaves me with a happy, sheep-sheared grimace. I reread the pages of the newspaper, they tell me nothing new. But you learn from everything. These fucking journalists, some of the tricks they let on, you just have to be patient with them. Go on, Billy, find yourself a stray dog in the neighborhood and bring him in. While I can think. This is a wonderful free-thinking enterprise. We sell virtues. The teachings are just around the corner. You just have to take them. Focus on appearances. You can maintain a concrete tower with the right body language.

I just don't want to take your money and make you feel like you're doing the right thing. What I'm selling you is what you want. Do you feel in your loneliness ripped off?
Let's see, this is all a dirty shell game. How so, Patron? I can almost taste the salt and mangrove flavor of the teardrop drawn on Billy's fool. The brain constantly plays tricks on us, these bastards know it and they play with the dumbest of us. The machines are always buzzing. Keep in mind, too, that if you're too smart. They'll tag you, put you in a white coat and slice you up like a watermelon. You might get a few electroshocks and needles until you look like the wiring of an old computer. An organic waste of the system. The real trick is to get through life, wearing the silly hats, the smiles you exchange with neighbors, on jobs and in coffee shops. You must appear to be aligned with the system.

For example. When you enter a casino, they exchange your money for chips, which have a value, but your brain, makes a slight dissociation of these colorful chips and the real value. You start gambling and at some point you no longer have any notion of what you are doing. You are not seeing money. Just chips representing colorful, agonizing plastic. Everything in a casino is designed to squeeze every penny out of your pocket.

Stores are set up, priced with terminals 9.99 or 4.55, numbers that the untrained brain associates with discounts. How much did this apple cost you? Patron, says Billy like someone who has just discovered fire. It cost, 0.99 cents. You see, I yell at him and send him to clean the letters on the door. Those letters have to be shiny.

When someone identifies with a story you tell, then you have the keys to their wallets. We tend to buy or spend when we identify with something, we are won over by feelings.
Head always cool for business, son. I'm watching the flea dog that dumb Billy brought in. He lets it prowl around the office room and gives off its doggy smell. Fuck, Billy, take the dog out, take him home and bathe him. Then bring it in, make up a name for it, put it on a leash. Hopefully, this afternoon, they'll come in like vultures to buy coupons.

Translated with DeepL.com (free version)

Efecto Espejo Puedo pasar la mañana comiendo manzanas. El tonto de Billy me las trae sin esfuerzo. Me dejó una mueca feliz, de oveja esquilada. Releo las hojas del periódico, no me cuentan nada nuevo. Pero de todo se aprende. Estos jodidos periodistas, algunos trucos que dejan entrever, solo es tenerles paciencia. Anda, Billy búscate un perro callejero por el barrio y tráelo.

Mientras puedo pensar. Esta es una maravillosa empresa de libre pensamiento. Vendemos virtudes. Las enseñanzas están a la vuelta de la esquina. Solo tienes que tomarlas. Enfócate en las apariencias. Puedes mantener una torre de concreto con el lenguaje corporal adecuado.
Simplemente, no quiero tomar tu dinero y que sientas que haces lo correcto. Lo que te vendo es lo que deseas. ¿Te sientes en tu soledad estafado?

Vamos a ver, todo esto es un sucio juego del tinglado. ¿Cómo así, Patrón? Casi puedo sentir el sabor a sal y mangle de la lágrima que se le dibuja al tonto de Billy. El cerebro constantemente nos juega malas pasadas, estos cabrones lo saben y juegan con los más tontos. Las máquinas siempre están zumbando. Ten en cuenta, además, que sí te pasas de listo. Te pondrán etiquetas, te pondrán una bata blanca y te rebanarán como una sandía. Puede que te den algunos cuantos electroshocks y agujas hasta quedar como la cablería de un viejo ordenador. Un desecho orgánico del sistema. El verdadero truco es pasar la vida, usando los tontos sombreros, las sonrisas que se intercambian con los vecinos, en los trabajos y en las cafeterías. Debes parecer alineado con el sistema.

Por ejemplo. Cuando entras a un casino, te cambian el dinero por fichas, que tienen un valor, pero tu cerebro, hace una leve disociación de estas fichas coloridas y el valor real. Comienzas a apostar y en algún momento ya no tienes noción de lo que haces. No estás viendo dinero. Solo fichas que representan plástico colorido y agonizante. Todo en un casino está diseñado para sacar de tu bolsillo hasta la última peseta.

Las tiendas están configuradas, con precios con terminales 9.99 o 4.55, son números que el cerebro desentrenado asocia con descuentos. ¿Cuánto te ha costado esta manzana? Patrón, dice Billy como alguien que acaba de descubrir el fuego. Ha costado, 0.99 centavos. Lo ves, le grito y lo envió a limpiar las letras de la puerta. Esas letras tienen que estar relucientes.

Cuando alguien se siente identificado con una historia que cuentas, entonces tienes las llaves de sus carteras. Se tiende a comprar o gastar cuando nos identificamos con algo, nos ganan los sentimientos.
La cabeza siempre fría para el negocio, hijo. Estoy observando el perro pulgoso que ha traído el tonto de Billy. Lo deja merodear por el cuartucho de oficina y desprende su olor a perro. Joder, Billy, saca el perro, llévalo para tu casa y báñalo. Luego tráelo, invéntale un nombre, póngale una correa. Esperemos que, esta tarde, vengan como buitres a comprar cupones.