Nadie como mi mamá

Mamá es una creyente fiel, siempre ha sido así con sus hijos. Yo mejor que nadie conozco cuales son mis imperfecciones, aún así, de vez en cuando no me hace daño que mamá me recuerde un par de cosas, incluso siempre cuando le pido una opinión respecto a algo, le digo, olvida que eres mi mamá. Ahora sí, dime qué te parece que haga tal cosa.., siempre estaré agradecida con ella.

Gracias a mamá pudimos salir adelante, a pesar de lo difícil que estuvo la situación en diferentes momentos de la vida, ella a pesar de todo siempre estuvo firme y fuerte como un roble. Tengo una deuda con ella, aunque ella no me pida que le devuelva el favor yo siempre trato de ayudar lo más que puedo, aliviar su carga.

Las palabras de ánimo y motivación de mamá son mágicas, capaces de otorgar una fuerza mayor que las espinacas a Popeye. Y no me refiero a fuerza física, sino a fuerza de voluntad y ganas de seguir avanzando en la vida, gracias a las palabras de aliento que solo una madre da desde el amor y la sabiduría saber decir a sus hijos.

Los abrazos de mamá son un bálsamo para el alma, basta con ser rodeada por sus brazos para sentirme liviana. Cuando no está, hacen una falta enorme, nadie puede reemplazar los abrazos de una madre, ellas abrazan desde el más puro amor.

El trabajo de una madre no es para cualquiera. Ya que se necesita de paciencia, amor y una batería inagotable para poder hacer todo lo necesario por un hijo. Mamá y todas aquellas madres que cuidan y aman a sus hijos deberían de ser consideradas como un tipo de super héroe, ya que a mamá nada la puede detener, en especial si se trata de algo que tiene que ver con alguno de sus hijos. No importa si se siente mal o está cansada, sus hijos son lo primero. Los gobiernos deberían de establecer un salario para aquellas mujeres que son madres, ya que es uno de los trabajos más importantes y difíciles. No cualquiera esta preparado para ello.