Mi peor historia de Hospital

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‎Bendecida noche, un placer contarles mis vivencias en un hospital. Saludos cordiales a la amiga @dexsyluz en #recreativesteem
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‎Desde enero del 2024 nos ha tocado fuerte con la enfermedad de mi hijo kervin, le diagnosticaron un glioma grado dos, después de una convulsión y desde entonces ha sido un trayecto bastante difícil.
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‎Un doctor amigo nos recomendó el hospital Vargas para que tratarán la enfermedad de kervin, teníamos que llegar a las 4 de la madrugada, trasladarlo de la entrada hasta el consultorio en silla de rueda porque a cada rato se desmayaba, para el fue difícil no poder controlar su cuerpo.
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‎La capilla para pedir por la sanación de nuestros familiares nos brinda esa paz espiritual que tanto necesitamos. Saliamos a las tres de la tarde, cansados, estropeados por un día de estar esperando ser atendidos. Pero don dejar de pasar por la capilla y dejar en ella nuestros pensamientos de agradecimiento. El día que nos llaman para realizarle su biopsia llegamos a la 1 de la tarde, lo ingresaron a las 5 de la tarde. Como el sitio donde lo debían ubicar estaba colapsado neurocirugía nos enviaron a la habitación número 12. Ese sitio era para los heridos, ahí era que había una cama desocupada.
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‎Ya de noche mi hijo cansado, yo primera vez que me toca quedarme en un hospital sola, temerosa de como pudiera pasar la noche, entre estraños, enfermos de gravedad, y sin la mínima idea de lo que nos separaba.
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‎Una sala llena de gatos que se subían a las camas de los pacientes, sin agua, algunos heridos olían mal por el descuido de su condición. Como a las once de la noche traen un señor bastante mayor de edad recién operado, aún fornido por la anestesia sin darse cuenta de su soledad.
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‎En la madrugada en una viva pelea con los gatos, evitando que durmieran con mi hijo, los espantaba a cada rato, el olor a orine de esos animalitos se sentían por todos lados, los baños imposibles de usar por no estar limpios.
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‎Yo sin poder dormir, de repente se deja oir lamento, yo pensé de todo, una anima en pena, algo que no era de este mundo, en cada cubículo se empezaron a ver las luces de las linternas como bus ando el origen de ese lamento tan espeluznante.
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‎Mi hijo sin darse cuenta de lo ocurrido, dormía entre su enfermedad y si cansancio. Ese lamento me hacía acercarme al cuerpo de kervin y poco a poco me fuí acostándome junto a él, sin importar lo incómodo de la cama y lo que pudiera estar.
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‎U susurro de auxilio, no se entendía bien yo pensé que ese lamento decía ¡Úrsula!, ¡Úrsula!, gritando el nombre de una persona.
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‎¡Hay!, !Hay! Sin luz para saber de dónde era ese lamento, sin tener el valor de buscar el sitio donde provenía ese quejido que a todos nos aterraba. Entre los gatos saltando entre cama y cama y ese grito desgarrador fue una noche aterradora. Al día siguiente, al amanecer todos lo que hacíamos era hablar de esa noche que no pudimos pegar un ojo. Las imágenes son de mi autoría

Invito a participar a @eve73 @quiaratiby
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