El espíritu de la navidad ya invadió todos los espacios y pude disfrutar de los adornos, luces, música y algarabía propia de estas fiestas. Aquí en mi país, se estila lo que llamamos "el estreno". Cada 24 y 31 de diciembre nos vestimos con ropa nueva. A pesar de que la situación económica obstaculiza esta tradición, hacemos magia para no perderla buscando las opciones más baratas para poder comprar la ropita.

      Igualmente ocurre con los ingredientes que colocamos en nuestras mesas durante estos días. Andamos comparando precios, caminando de un lugar a otro para poder adquirir nuestros alimentos tradicionales navideños. Las más famosas son las hallacas, son las más queridas por todos aquí! Luego, la ensalada de papas, zanahorias y gallina o pollo, acompañada por el delicioso pan de jamón y el pedazo de pernil horneado. Esta combinación hace el plato completo navideño. Uuuuuuuum, se me hace agua la boca! jajaja. Ah! se me olvidaba el postre! Un rico dulce de lechosa.

      En medio de mi jornada de buscar ofertas y de mirar precios, me di cuenta de que estaba cayendo la noche. Del ventanal del Centro comercial se veía un hermoso sol poniente en este día de solsticio de invierno. La noche más larga del año.

      Al ver la fotografía anterior, me percaté de que las lámparas del Centro Comercial parecían que estuvieran en el cielo como platillos voladores. Fue divertido imaginar una invasión extraterrestre. Decidí tomarme una selfie con ese fondo y ponerme en modo alien jajaja, hasta las orejas se me afilaron jajaja.