¡UNA DE LAS EXPERIENCIAS MÁS IMPORTANTES EN LA VIDA ES LA INTIMIDACIÓN CON DIOS!
Intimidar con Dios marca profundamente la vida de una persona ya que estos momentos se dan de manera espiritual y son momentos totalmente transformadores y desafiantes; porque hablar con Dios es reconocer que es real, es reconocer su soberanía, su misericordia, y creer que nos escucha; pues cuando estamos convencidos de esto somos formados con cimientos poderosos y firmes que son inquebrantables en el mundo circundante.
Salmo 63:2–4
Quiero verte en tu santuario, y contemplar tu poder y tu gloria, 3 porque tu amor vale más que la vida. Con mis labios te alabaré; 4toda mi vida te bendeciré, y hacia ti levantaré mis manos en oración.
(RVR1960)
El salmista anhelaba estar en la presencia de Dios, y ¿cómo encontró esto? simplemente hablándole, contándole sus penas, sus rebeliones, reconociéndole su amor y alabándole en espíritu y en verdad; porque sabía que todo venía de Dios.
Lo que algunos creen que es un ritual o simple religión "hablar con Dios" no es más que la clave perfecta para estar en paz con nuestros actos y seguir los pasos del Señor a través de su palabra porque cuando sabemos correctamente a dónde ir en tiempos de dificultades también encontraremos la dirección correcta para alcanzar las bendiciones y promesas que Dios ha prometido a todos los que lo buscan
Puedes hablar con Dios así como hablas con un amigo, tu cónyuge o tus padres y creer que Él te escucha, debes tener fe y creer que el amor de Dios es lo más maravilloso a lo que podemos acceder como ser humano y que cuando hablar con él continuamente es una de las formas de poder alabarlo y bendecirlo; porque el deseo de Dios es que la humanidad llegue a conocerlo para que ellos también puedan conocer su propósito.
Intimidarse con Dios es hablar con él y reconocerlo como el único y verdadero Dios, es saber que solo de él viene nuestra bendición y que solo a través de él podemos ver la vida plena.