Steemit Challenge S26-w2| Mysterious Roommate

Esa inesperada escena dio origen a muchas conjeturas en la mente de Timothy. Lo imaginaba como un emprendedor de exportaciones e importaciones; alguien con deseos de triunfar. Verlo con la bolsa de herramientas y el arma había bifurcado la imagen de Ronnie, su compañero de habitación.

«¿Para que las cortadoras de hierro, los taladros y las sierras? ¿Para que los manojos de llaves?» Pero sobre todo, «¿Para qué el arma de fuego?», eso era lo que más duda creaba.

Desde entonces, Timothy mantuvo una actitud alerta, y al mismo tiempo, pasiva. Analizó cada detalle sobre Ronnie sin levantar sospechas, aunque no encontró nada extraño en su forma de ser; todo parecía normal.

Si su compañero era alguna especie de criminal o llevaba una doble vida, tenía una gran habilidad para mantener su fachada; jamás dio indicios de algo extraño, a excepción del arma de fuego y esas herramientas que ocultaba.

«¿Debo seguir fingiendo que no sé? Quizás solo deba preguntar… No, claro que no; eso es arriesgado». Estos eran pensamientos que iban y venían para Timothy.

—Andas en otro mundo ¿Estás bien? —preguntó Ronnie en determinado momento.

—No pasa nada, amigo. Después te cuento. —contestó Timothy rápidamente, tratando de disimular la situación.

Cada vez que Ronnie se ausentaba llevaba consigo aquellas herramientas. En ocasiones salía de día y en otras de noche; siempre bien vestido, nunca dejaba la bolsa. «El deber llama», decía al marcharse; una lujosa camioneta negra lo recogía.

Timothy había revisado la habitación en diferentes ocasiones. Buscaba bajo la cama, levantaba el colchón e inspeccionaba el clóset escudriñando entre las cosas personales de Ronnie; quería localizar el arma, pero sus esfuerzos eran en vano. Se sentía paranoico.

«Siempre la lleva consigo», dedujo. «¿Qué es lo que realmente hace?», se cuestionó. «¿Será que solo lo imaginé y no oculta ningún arma? No, eso no es posible. Estoy seguro de lo que vi», pensó.

En los siguientes días, ocurrió un imprevisto que elevó aún más las sospechas que tenía sobre su compañero.

—¡Timothy! ¿Cómo estás? —saludó Ronnie.

—Bien, amigo. Un tanto contrariado con algo que no he podido resolver.

—Tranquilo, amigo. Ya encontrarás la solución. Aún no es fin de mes, pero quiero adelantar mi parte del alquiler. —dijo Ronnie.

Una vez dicho esto, Ronnie sacó de su bolsillo un manojo de billetes y luego extrajo una cantidad que correspondía a tres meses de alquiler y se la entregó a Timothy, quien contó sorprendido.

—Espera, Ronnie. Esto es demasiado dinero. —expresó Timothy.

—No te preocupes, amigo. Considéralo un regalo. —dijo Ronnie.

«No entiendo, ¿Esto a cuenta de qué? Cuando se mudó conmigo manifestó que necesitaba ahorrar. Ahora le sobra dinero y me lo regala como si nada. ¿Esto me convierte en su cómplice?», la mente de Timothy comenzó a procesar a mil por hora.

—¿Otra vez con esa mirada perdida? Por lo menos da las gracias. —expresó Ronnie.

—¡Espera, Ronnie! Necesito saber… —exclamó Timothy.

—¿Qué necesitas saber? —preguntó Ronnie.

—¿Por qué me estás regalando dinero? —preguntó Timothy.

Una sonrisa ligera y sutil se dibujó en los labios de Ronnie antes de responder.

—Eres un amigo que no pregunta. Sé que has visto mi arma y que también hurgas mis cosas y, aún así, no preguntas. ¿Crees que no lo he notado? —dijo Ronnie.

Timothy palideció con aquella confesión. Se sintió atrapado, sin vuelta atrás.

—No me molesta, pero no lo hagas más… es de mal gusto. —dijo luego.

—¿Para qué usas el arma? —preguntó Timothy, nervioso.

Las cejas de Ronnie se arquearon y sus ojos se tornaron opacos; la pregunta resultó incómoda.

—Hiciste la pregunta más incorrecta de todas. —expresó Ronnie.

Timothy quiso replicar, pero inmediatamente fue interrumpido.

—¡Silencio! —dijo Ronnie con un tono de voz muy distinto, uno que era todo lo contrario a ese tono calmado y sereno que siempre solía usar.

—Soy un criminal peligroso; un asesino serial. Exporto personas al más allá. —confesó Ronnie, su expresión facial no reflejaba ningún tipo de remordimiento.

—¿Querías ver mi arma? Aquí la tengo. Siempre presta para el trabajo —dijo luego, revelando el arma oculta bajo su vestimenta —. Ahora tendré que eliminarte. —mencionó Ronnie.

El rostro de Timothy se tornó de un blanco más puro que la nieve. Estaba en shock; lleno de miedo e inmóvil, incapaz de correr.

—¡No, por favor, Ronnie! No me mates. —suplicó Timothy.

—¡Ja, ja, ja! —las carcajadas de Ronnie retumbaron por todo el lugar—. ¡Soy guardaespaldas! —dijo luego.

Ronnie acababa de jugar una broma pesada a su compañero.

—¿Guardaespaldas? —preguntó Timothy furioso.

—Sí, amigo. Solo conseguí trabajo como guardaespaldas. Mi sueño de ser un empresario en exportaciones debe esperar. —mencionó Ronnie.

—Pero… pero ¿eso no explica las herramientas? —preguntó Timothy.

«Pronto morirás», pensó Ronnie antes de sonreír maliciosamente y marcharse sin contestar.

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• Invitó a @lucymavarez, @hljott, @gertu y @blessedlife.
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